Un estudio realizado a nivel nacional en Estados Unidos que incluyó a un grupo muy diverso de mujeres embarazadas a lo largo de 12 años ha descubierto un aumento de la exposición a sustancias químicas procedentes de plásticos y pesticidas que pueden ser perjudiciales para el desarrollo de sus hijos, según publican en la revista Environmental Science & Technology.
Muchas de las sustancias químicas a las que habían estado expuestas las mujeres eran sustancias químicas de sustitución: nuevas formas de sustancias químicas que han sido prohibidas o eliminadas gradualmente y que pueden ser tan perjudiciales como las que han sustituido. El estudio también reveló que muchas mujeres habían estado expuestas a neonicotinoides, un tipo de pesticida tóxico para las abejas.
Los investigadores midieron 103 sustancias químicas, en su mayoría procedentes de plaguicidas, plásticos y sustancias químicas de sustitución del BPA y los ftalatos, utilizando un nuevo método que capturaba docenas de sustancias químicas o rastros químicos de una sola muestra de orina.
Más del 80% de las sustancias químicas se encontraron en al menos una de las mujeres del estudio, y más de un tercio de las sustancias químicas se encontraron en la mayoría de las participantes. El estudio también reveló que algunas de estas sustancias químicas estaban presentes en cantidades más elevadas que las observadas en estudios anteriores.
"Nuestros hallazgos dejan claro que el número y el alcance de los productos químicos en las mujeres embarazadas están aumentando durante un momento muy vulnerable del desarrollo tanto para la persona embarazada como para el feto"
"Esta es la primera vez que hemos podido medir las cantidades de sustancias químicas en un grupo tan grande y diverso de mujeres embarazadas, y no sólo identificar las sustancias químicas", resalta Tracey J. Woodruff, profesora y directora del Programa de Salud Reproductiva y Medio Ambiente de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y codirectora del Centro EaRTH de la UCSF, y autora principal del estudio.
"Nuestros hallazgos dejan claro que el número y el alcance de los productos químicos en las mujeres embarazadas están aumentando durante un momento muy vulnerable del desarrollo tanto para la persona embarazada como para el feto", añade.
La exposición prenatal a sustancias químicas industriales puede provenir del aire, los alimentos, el agua, los plásticos y otros productos industriales y de consumo. Aunque estas sustancias químicas podrían ser perjudiciales para el embarazo y el desarrollo del niño, pocas de ellas se controlan de forma rutinaria en las personas.
En el estudio participaron 171 mujeres de California, Georgia, Illinois, New Hampshire, Nueva York y Puerto Rico que forman parte del programa de los Institutos Nacionales de Salud sobre la influencia del medio ambiente en los resultados de la salud infantil. Aproximadamente un tercio (34%) eran blancas, el 40% eran latinas, el 20% eran negras y el 6% restante pertenecían a otros grupos o a varios.
El estudio detectó una mayor exposición en las mujeres que no eran blancas, en las que tenían un menor nivel educativo o en las que eran solteras o habían estado expuestas al tabaco. Pero las latinas tenían niveles especialmente altos de parabenos, que se utilizan como conservantes, así como de ftalatos y bisfenoles, que se utilizan en los plásticos.
"Aunque los pesticidas y los productos químicos de sustitución eran frecuentes en todas las mujeres, nos sorprendió encontrar que las latinas tenían niveles sustancialmente más altos de parabenos, ftalatos y bisfenoles", señala la doctora Jessie Buckley, profesora asociada de salud ambiental e ingeniería, así como de epidemiología, en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins y primera autora del estudio. "Esto podría ser el resultado de una mayor exposición a productos con sustancias químicas, como los alimentos procesados o los productos de cuidado personal".