Un estudio realizado por un equipo mundial de investigadores dirigido por el Instituto de Neuroimagen e Informática Mark y Mary Stevens de la Facultad de Medicina de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos) ha revelado que las personas con anorexia presentan notables reducciones en tres medidas críticas del cerebro: el grosor cortical, los volúmenes subcorticales y la superficie cortical.
Estas reducciones son entre dos y cuatro veces mayores que las anormalidades en el tamaño y la forma del cerebro de los individuos con otras enfermedades mentales. "Las reducciones del tamaño del cerebro son especialmente preocupantes, ya que pueden implicar la destrucción de células cerebrales o de las conexiones entre ellas", explican estos investigadores.
"Las reducciones del tamaño del cerebro son especialmente preocupantes, ya que pueden implicar la destrucción de células cerebrales o de las conexiones entre ellas"
Con estos resultados, el equipo de investigación llama la atención sobre la necesidad "urgente" de un tratamiento rápido para ayudar a las personas con anorexia a evitar los cambios estructurales del cerebro a largo plazo, que podrían dar lugar a una serie de problemas médicos adicionales.
"Al comparar casi 2.000 escáneres cerebrales previos de personas con anorexia, personas en recuperación y controles sanos, descubrimos que en el caso de las personas en recuperación de la anorexia, las reducciones en la estructura cerebral eran menos severas. Esto implica que el tratamiento y el apoyo tempranos pueden ayudar al cerebro a repararse", ha explicado Paul M. Thompson, uno de los líderes del trabajo, que se ha publicado en la revista científica 'Biological Psychiatry'.
Los trastornos alimentarios suelen entenderse erróneamente como elecciones de estilo de vida equivocadas o se simplifican en exceso como el desafortunado resultado de las presiones sociales. Estas ideas erróneas ocultan el hecho de que los trastornos alimentarios son enfermedades mentales graves y potencialmente mortales que pueden tratarse eficazmente con una intervención temprana.
Los trastornos alimentarios suelen entenderse erróneamente como elecciones de estilo de vida equivocadas o se simplifican en exceso como el desafortunado resultado de las presiones sociales
Las tasas de mortalidad de las personas con trastornos alimentarios son elevadas en comparación con otras enfermedades mentales, sobre todo en el caso de las personas con anorexia nerviosa, un trastorno caracterizado por una severa restricción de la ingesta de alimentos y un peso corporal anormalmente bajo.
Las personas con anorexia pueden literalmente matarse de hambre, lo que les provoca complicaciones médicas graves y potencialmente mortales. La segunda causa de muerte de las personas con anorexia es el suicidio.