Los ministros de Sanidad de la Unión Europea han ampliado su recomendación de cribado y detección precoz, que ya incluía el cáncer de mama, cervical y colorrectal, a los de pulmón, próstata y gástricos para reducir la mortalidad en pacientes oncológicos y reducir la incidencia de los cánceres invasivos.
"Los programas de cribado para detectar cánceres en una etapa temprana, incluso antes de que las personas desarrollen síntomas, pueden ser un instrumento eficaz para ofrecer el mejor tratamiento disponible", ha señalado el ministro de salud de República Checa, que ostenta la presidencia de turno del Consejo hasta final de año, Vlastimil Válek.
En cuanto al cáncer de cuello uterino, la recomendación estipula que los Estados miembro deben considerar la adaptación de edades e intervalos al riesgo individual en función del historial de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) de las personas, mientras que, en lo que respecta al cáncer de mama, la recomendación del Consejo sugiere realizar las pruebas entre los 45 y los 74 años.
Dado que la detección del cáncer es solo un elemento, el Consejo también recomienda garantizar procedimientos de diagnóstico y tratamientos adecuados, oportunos y complementarios para aquellas personas con una prueba de detección positiva.
Este enfoque en la viabilidad de implementar programas de detección del cáncer se produce en el contexto de la pandemia de Covid-19, que interrumpió los programas de prevención y promoción de la salud y afectó negativamente el acceso al diagnóstico y tratamiento tempranos del cáncer.