Un modelo matemático que identifica zonas con mayor riesgo de contagio en medios de transporte y recoge recomendaciones para evitar su expansión podría prevenir la propagación de enfermedades infecciosas en aeropuertos. El método ha sido desarrollado por investigadores del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (Ifisc), de titularidad compartida entre la Universitat de les Illes Balears (UIB) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
En un comunicado, la Universitat ha indicado que en 2022, más de 61 millones de personas transitaron por el aeropuertoLondres-Heathrow, lo que supone que, cada día, más de 160.000 personas de distintas partes del mundo compartieron el mismo espacio. En este sentido, para evitar que los primeros casos no detectados de virus como el SARS-CoV-2 o la gripe H1N1 deriven en un problema epidemiológico, se buscó un método que identificase zonas con riesgos altos de contagio.
Ramasco: "Las interacciones sociales cercanas son fundamentales en la transmisión de patologías infecciosas, por lo que las aglomeraciones son un serio riesgo para acontecimientos de superpropagación"
"Las interacciones sociales cercanas son fundamentales en la transmisión de patologías infecciosas, por lo que las aglomeraciones y multitudes son un serio riesgo para desencadenar acontecimientos de superpropagación. Hay ocasiones en las que mantener la distancia interpersonal puede ser un desafío, como, por ejemplo, en los centros de transporte", ha destacado el investigador del Ifisc José Javier Ramasco.
Los investigadores aplicaron el nuevo sistema para estudiar cómo se expanden virus como la gripe H1N1, el SARS-CoV-1 y el SARS-CoV-2, causante de la pandemia de Covid-19. Mediante el análisis de los itinerarios de más de 200.000 individuos anónimos, recogidos en el aeropuerto londinense de Heathrow entre febrero y agosto de 2017, determinaron que las zonas con mayor riesgo de contagio eran bares y restaurantes. Esto se produce porque conectan muchas personas en un mismo lugar y durante períodos largos de tiempo.
"La peligrosidad de las zonas para el contagio surge como balance entre el número de personas que pasan por allí y el tiempo que permanecen juntas. No siempre estos sitios son los más concurridos, sino que se necesita un tiempo en los contactos para transmitir la enfermedad", explica Ramasco.
Una vez identificados los puntos calientes de contagio, es posible elaborar una política de inmunizaciónespacial para evitar o reducir el riesgo de que el patógeno extienda más allá de los primeros casos no detectados.
Esto se conseguiría a través del uso de rayos ultravioleta, desinfección de superficies o el filtrado del aire. Además, los investigadores señalan que el método puede aplicarse para controlar cualquier otro patógeno no caracterizado (enfermedades emergentes) y que es generalizable a otros medios de transporte. "Se puede utilizar en las estaciones de tren, metro, bus u otros lugares concurridos en los que no es posible mantener distancias interpersonales, como los centros comerciales o los centros de convenciones", remarca.
Ramasco: "La peligrosidad de las zonas para el contagio surge como balance entre el número de personas que pasan por allí y el tiempo que permanecen juntas"
El proyecto es producto de una colaboración multidisciplinar internacional desarrollada dentro de las Plataformas Temáticas Interdisciplinares del CSIC Salud Global y Mobility 2030. Junto al Ifisc han participado el Instituto Nacional de la Santé et de la Recherche Médicale (Inserm), la Fondazione Bruno Kessler, en Italia, y la empresa Cuebiq Inc, que recoge las ubicaciones de los usuarios y las integra de forma anónima.
"La implementación de medidas de inmunización espacial en las zonas de mayor riesgo ayudaría a contener y/o retrasar la expansión de agentes infecciosos en aeropuertos de todo el mundo, y sería de especial utilidad en fases iniciales de una pandemia, cuando todavía no se han desarrollado fármacos", concluyen los investigadores.