Las amplias intervenciones no farmacéuticas aplicadas para mitigar la transmisión del COVID-19 han provocado una drástica reducción de los patrones de circulación anual de otros virus respiratorios endémicos, como la gripe y el resfriado común, pero aún se desconoce cómo afectará esto a los futuros patrones de transmisión de estos patógenos.
En una Perspectiva publicada en la revista Science, Gabriela Gómez, de Sanofi Pasteur, e investigadores de la London School of Hygiene and Tropical Medicine de Londres y la Fundación para la Epidemiología de la Influenza en París, Francia, discuten lo que podría esperarse en relación con la epidemiología de los virus respiratorios comunes una vez que la pandemia de COVID-19 disminuya y sostienen que es necesario ampliar la vigilancia genómica y clínica para comprender mejor la propagación de los virus respiratorios en un mundo post-COVID-19.
"Actualmente, la respuesta de emergencia al COVID-19 es una prioridad mundial, pero no se debe pasar por alto la preparación para futuras amenazas aprovechando las redes mundiales existentes, fomentando las sinergias y ampliando las colaboraciones entre una población de interesados más amplia", escriben los autores.
Según los autores, estos patrones emergentes podrían reflejar cambios imprevistos en la inmunidad de la población o en la epidemiología del virus
Aunque las intervenciones no farmacéuticas como el uso de mascarillas, el aumento de las prácticas de lavado de manos, el distanciamiento social y las restricciones a los viajes a nivel mundial, han sido fundamentales para reducir la propagación del COVID-19, también han tenido un gran impacto en la circulación de los virus respiratorios estacionales.
Sin embargo, a medida que estas restricciones y mandatos generales han disminuido en todo el mundo, los países han empezado a notificar aumentos de las infecciones de algunos virus fuera de temporada, como el virus respiratorio sincitial y el rinovirus. Sin embargo, no se han observado tendencias similares de resurgimiento para otras enfermedades como la gripe.
Según los autores, estos patrones emergentes podrían reflejar cambios imprevistos en la inmunidad de la población o en la epidemiología del virus, lo que podría aumentar las posibilidades de una gripe pandémica o limitar la evolución del virus y hacer más eficaz la vacunación, entre otros resultados.
La incertidumbre en los escenarios futuros de los virus respiratorios endémicos después de la COVID-19 plantea la necesidad de un enfoque mejorado y exhaustivo de la enfermedad respiratoria y la vigilancia genómica viral.