La detección de casos de lepra aumenta un 10% tras la reducción de la vigilancia durante la pandemia de Covid-19, según los datos de 143 países recopilados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y difundidos por la Fundación Fontilles con motivo de la celebración, el domingo 29 de enero, del Día Mundial contra la enfermedad.
En España, en 2022 se notificaron al Registro Estatal de Lepra del Instituto de Salud Carlos III-Centro Nacional de Epidemiología 10 nuevos casos: uno en Andalucía, dos en Asturias, dos en Baleares, uno en Cantabria, uno en la Comunidad Valenciana, otro en Galicia, otro en Murcia y otro en La Rioja.
Al finalizar el año, había 19 personas en tratamiento: tres en Andalucía, dos en Asturias, cuatro en Baleares, una en Cantabria, tres en la Comunidad Valenciana, dos en Galicia, una en Madrid, otra en Murcia, otra en el País Vasco y otra en La Rioja.
Ahora bien, a nivel general, la lepra registró 140.594 nuevos casos en el mundo en 2021, último año del que existe información. La cifra supone un aumento del 10% respecto a los 128.405 casos localizados en 2020 y está acompañada por un incremento de las detecciones en niños y con discapacidades asociadas.
Los nuevos casos detectados en niños y niñas menores de 15 años han crecido en un 4,9%, de 8.629 a 9.052
De hecho, el número de personas afectadas que presentan discapacidades visibles en el momento de la detección ha aumentado en un 18%, al pasar de 7.198 en 2020 a 8.492 en 2021, lo que supone el 6% de las nuevas detecciones y sitúa la tasa de discapacidad en 1,1 casos por millón de habitantes.
A su vez, los nuevos casos detectados en niños y niñas menores de 15 años han crecido en un 4,9%, de 8.629 a 9.052, lo que implica el 6,4% del total y supone una tasa de 4,5 casos por millón de población infantil, lo que constata la continuidad de la transmisión de la infección en las comunidades empobrecidas.
Las cifras evidencian que cada día se siguen detectando 385 nuevos casos de lepra en el mundo, 23 con discapacidades visibles, y de los que 25 son niños y niñas, pese a que la enfermedad tiene cura desde hace cuatro décadas: un tratamiento facilitado gratuitamente por la OMS de dos pastillas diarias durante un año (seis meses en los casos menos graves) basta para eliminar la bacteria y, si se suministra a tiempo, sirve para impedir el desarrollo de discapacidades.
Los datos, además, se alejan todavía del cumplimiento de las metas establecidas para 2030 por la comunidad internacional: reducción del número de nuevos casos a alrededor de 62.500; descenso de la tasa de nuevos casos con discapacidades visibles a 0,12 por millón de habitantes; y disminución de la tasa de detección de nuevos casos infantiles a 0,77 por millón de población infantil.
"Durante la pandemia, se dejaron de hacer campañas de prevención y detección, y muchos recursos se desviaron a la emergencia sanitaria; por eso, ahora estamos diagnosticando a más personas y con más discapacidades"
El aumento de las detecciones en 2021 no es consecuencia de un fortalecimiento de las campañas de detección por parte de los países implicados, sino del afloramiento de casos no detectados durante 2020 a raíz de los confinamientos decretados para combatir la pandemia de Covid-19 y de la concentración de los recursos sanitarios en el tratamiento de las personas afectadas por el virus.
De hecho, como la propia OMS ha destacado en el informe publicado en su revista 'Weekly Epidemiological Record', "el probable aumento de casos no detectados puede comprometer aún más el estado de discapacidad de los pacientes y favorecer la transmisión continuada", aspecto ya anunciado el año anterior tanto por el propio organismo como por la Federación Internacional de Asociaciones contra la Lepra (ILEP), de la que Fontilles forma parte.
"Durante la pandemia, se dejaron de hacer campañas de prevención y detección, y muchos recursos se desviaron a la emergencia sanitaria; por eso, ahora estamos diagnosticando a más personas y con más discapacidades. En los próximos años necesitaremos reforzar el trabajo para llegar a todas las personas que han quedado sin diagnosticar y evitar el empeoramiento de las discapacidades producidas", ha explicado la directora de Sensibilización y Voluntariado de Fontilles, Yolanda Sanchis.
Precisamente por ello, la entidad ha puesto en marcha la campaña 'Cero lepra' es posible, que pretende concienciar sobre la posibilidad de acabar con la lepra para que nadie sufra las consecuencias físicas y sociales de una enfermedad que se puede prevenir y curar.