Un estudio del Brigham and Women's Hospital (Estados Unidos) sugiere que una intervención en las primeras semanas y meses de la vida de un bebé prematuro puede dar lugar a mejores resultados de neurodesarrollo en años posteriores. Los niños que nacen prematuros corren un mayor riesgo de tener un menor rendimiento académico en matemáticas, lectura y otras destrezas, así como un mayor riesgo de padecer el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
En este trabajo, en el que se realizó un seguimiento de los bebés prematuros durante siete años, los investigadores han demostrado que los niños que recibían mayores cantidades de leche materna tanto durante como después de su estancia en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) tenían un mayor rendimiento académico, un mayor coeficiente intelectual y una reducción de los síntomas del TDAH.
"Nuestro estudio descubre que puede haber beneficios para el neurodesarrollo a largo plazo al proporcionar leche materna a los bebés prematuros. Muchas familias se dedican a la idea de proporcionar leche materna, pero pueden enfrentarse a grandes desafíos. Nuestros hallazgos enfatizan la importancia de proporcionar apoyo para iniciar y mantener la lactancia porque la leche materna a esta temprana edad puede proporcionar beneficios años más tarde", explica Mandy Brown Belfort, la autora correspondiente del trabajo, publicado en la revista científica 'JAMA Network Open'.
Belfort y sus colegas analizaron los resultados del neurodesarrollo de 586 niños nacidos con menos de 33 semanas de gestación en uno de los cinco centros perinatales australianos. Los niños fueron evaluados a la edad de 7 años (corregidos por la prematuridad).
El equipo descubrió que una mayor ingesta de leche materna se asociaba a un mayor coeficiente intelectual de rendimiento y a mayores puntuaciones en lectura y matemáticas
El equipo analizó los datos sobre la dosis de leche materna (el volumen de leche materna que recibían los niños cada día) y la duración de la leche materna (el tiempo que los padres siguieron amamantando) para predecir varios resultados del neurodesarrollo. Estos resultados incluían el rendimiento académico, el coeficiente intelectual verbal y de rendimiento, los síntomas del TDAH, la función ejecutiva y el comportamiento.
En general, el equipo descubrió que una mayor ingesta de leche materna se asociaba a un mayor coeficiente intelectual de rendimiento y a mayores puntuaciones en lectura y matemáticas. Los padres también informaron de menos síntomas de TDAH en los niños que consumían más leche materna durante la infancia.
La duración de la ingesta de leche materna (hasta los 18 meses de edad corregida) también se asoció con puntuaciones más altas en lectura, ortografía y matemáticas. Los investigadores controlaron los factores de confusión, incluidos los factores clínicos y sociales. Estas asociaciones beneficiosas fueron más fuertes para los bebés nacidos en las edades gestacionales más bajas, en particular los nacidos por debajo de las 30 semanas de gestación.
Los autores señalan que su estudio es observacional: no pueden determinar la causalidad, ya que puede haber otros factores no contabilizados que influyan tanto en la capacidad de proporcionar leche materna como en el rendimiento académico.
"Nuestro estudio confirma las estrategias recomendadas para ayudar a los padres a suministrar leche materna a los bebés prematuros"
Los puntos fuertes del estudio son su gran tamaño, la variedad de resultados examinados y que los investigadores pudieron evaluar los resultados en la edad escolar. Otros estudios sólo han seguido a los niños hasta la edad preescolar, lo que dificulta la evaluación de toda la gama de resultados del neurodesarrollo.
En general, Belfort considera que los resultados del equipo confirman las orientaciones de la Academia Americana de Pediatría y la Organización Mundial de la Salud, que recomiendan la leche materna para los bebés.
"Nuestro estudio confirma las estrategias recomendadas para ayudar a los padres a suministrar leche materna a los bebés prematuros. Y refuerza el llamamiento a favor de políticas sanitarias y de permisos parentales que apoyen a los padres en lugar de perjudicarlos. Como sociedad, tenemos que invertir en las familias: es una inversión que seguirá beneficiando a los niños cuando lleguen a la edad escolar", remacha Belfort.