Investigadores desarrollan unas gafas que corrigen la presbicia de manera automática

Con una prevalencia del 100% de la población, la vista cansada es una dolencia que comienza a desarrollarse a los 45 años y que alcanza a la sociedad al completo a los 55.

Hombre probandose gafas en una óptica (Foto. Freepik)
4 diciembre 2020 | 16:35 h
Archivado en:

El equipo del Laboratorio de Óptica de la Universidad de Murcia (LOUM), dirigido por Pablo Artal, ha desarrollado unas gafas optoelectrónicas capaces de solucionar de manera automatizada la vista cansada o presbicia, informaron fuentes de la institución docente en un comunicado.

Este prototipo, publicado en Scientific Reports, podría ser una revolución en el mercado, tal y como reconocen los propios expertos universitarios.

Gracias a unas minicámaras integradas en el dispositivo, que permiten realizar un seguimiento de los ojos, la persona puede mirar de manera natural a todas las distancias, sin las limitaciones de las opciones actuales como las gafas progresivas.

Con una prevalencia del 100% de la población, la vista cansada es una dolencia que comienza a desarrollarse a los 45 años y que alcanza a la sociedad al completo a los 55. La presbicia provoca que se pierda la capacidad para enfocar objetos a diferentes distancias. Es lo que denominamos comúnmente como vista cansada y que, en el caso de los hipermétropes, pueden notarse incluso a edades más tempranas.

Con una prevalencia del 100% de la población, la vista cansada es una dolencia que comienza a desarrollarse a los 45 años y que alcanza a la sociedad al completo a los 55

Desde el LOUM llevan años estudiando el mecanismo de acomodación o autoenfoque del ojo. "Cuando una persona joven mira de cerca, su ojo enfoca, sus pupilas se contraen y el ángulo de los dos ojos cambia convergiendo. En los mayores présbitas, sucede todo igual, excepto que el ojo ya no es capaz de enfocar. Pero los otros mecanismos siguen funcionando", relata Artal.

Este es el mecanismo en el que se han basado para la construcción de las nuevas gafas, sin seguir el sentido óptico convencional. Para su funcionamiento están equipadas con unas minicámaras que realizan el seguimiento de los ojos. A partir de la información que es recogida y procesada por un teléfono móvil, el dispositivo infiere la distancia a la que la persona esta mirando en cada momento y aplica un control a los cristales opto-electrónicos para cambiar la su potencia óptica en la respuesta.

Esta innovación permite que la persona que lleva las gafas solo tenga que mirar al lugar que desee, mientras que la gafa proporciona al momento el enfoque adecuado.

En la actualidad las soluciones a la presbicia pasan por gafas de lectura, lentes progresivas o multifocales. Todo ello son solo soluciones parciales. Este prototipo ofrece un resultado que, cumpliendo unos requisitos de ergonomía, precio y comodidad, supondrían una autentica revolución.

La versión actual utiliza un smartphone para controlar el dispositivo, pero los investigadores de la UMU ya están trabajando en versiones actualizadas que no necesiten de un teléfono

"La verdadera corrección de la presbicia será un sistema de autoenfoque tan preciso como el que tenemos en nuestros ojos cuando somos jóvenes", comenta el investigador de la UMU, al tiempo que garantiza que es lo que tratan de ofrecer con sus estudios desde el LOUM.

PROTOTIPOS PREVIOS

Frente a tecnologías similares, ha habido prototipos desarrollados internacionalmente con lentes ajustables que el propio usuario debía controlar manualmente. Otros avances desarrollados por una start-up francesa utilizan un telémetro para medir las distancias a las que se encuentran los objetos. Sin embargo, el sistema creado desde las instalaciones de la UMU presenta ventajas significativas frente a ambas iniciativas basadas en las medidas fisiológicas del propio ojo.

Este trabajo se ha desarrollado en el LOUM en el marco de la tesis doctoral de Juan Mompeán y con la colaboración del profesor Juan Luis Aragón de la Facultad de Informática de la UMU.

La versión actual utiliza un smartphone para controlar el dispositivo, pero los investigadores de la UMU ya están trabajando en versiones actualizadas que no necesiten de un teléfono, simplemente integrando todo el sistema de procesado en las propias gafas, ha manifestado Juan Mompeán.

"Para tener un dispositivo que tenga éxito comercial se requiere comodidad y un precio similar al de las gafas estándar. No me cabe duda de que esto llegará. Es solo una cuestión de tiempo", declara Artal.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.