Existen numerosos factores relacionados con la interrupción del embarazo en los países de ingresos bajos y medios. Un estudio publicado en la revista de acceso abierto 'PLOS Global Public Health' revela que la edad de la mujer, su estado civil, su educación o el número de hijos que tiene influyen de manera importante a la hora de tomar esta decisión.
En los países de ingresos bajos y medios (PIBM), la decisión de una mujer de interrumpir un embarazo suele verse afectada por la estructura patriarcal de la sociedad, las leyes restrictivas del aborto, las creencias culturales y religiosas y los factores económicos, señala el estudio.
Alrededor del 45% de todos los abortos se consideran inseguros, o lo que es lo mismo, el 97% tiene lugar en los PIBM. Para reducir estos abortos inseguros, es crucial comprender plenamente los factores asociados a la prevalencia de la interrupción del embarazo.
En el nuevo estudio, Djibril Ba, de la Facultad de Medicina de Penn State (Estados Unidos), y sus colegas, utilizaron datos de más de 1,2 millones de mujeres de entre 15 y 49 años que participaron en las Encuestas Demográficas y de Salud (EDS) de la Serie Integrada de Microdatos de Uso Público (IPUMS).
Las mujeres procedían de 36 PIBM de África y Asia y respondieron a la pregunta "¿Se ha sometido alguna vez a una interrupción del embarazo?", además de proporcionar otros datos sanitarios y sociodemográficos.
La prevalencia media ponderada conjunta de interrupción del embarazo en todo el estudio fue del 13,3%, oscilando entre un mínimo del 7,8% en Namibia y un 33,4% en Pakistán. En general, estar casada era el factor más relacionado con la interrupción del embarazo. Sin embargo, las mujeres con más de cuatro hijos, las mayores de 30 años y las que tenían un mayor nivel educativo también tenían más probabilidades de interrumpir el embarazo.
Los autores señalan: "Es necesario que las futuras encuestas demográficas y de salud (EDS) distingan entre abortos provocados, abortos espontáneos y mortinatos
Las mujeres en periodo de lactancia y que utilizaban anticonceptivos tenían menos probabilidades de interrupción del embarazo. Sin embargo no hubo una asociación significativa entre la riqueza del hogar y las probabilidades de realizar este procedimiento.
Dado que los datos sólo incluían a las mujeres que declararon haber interrumpido un embarazo, no pueden utilizarse para extraer conclusiones sobre la población general de los PIBM estudiados. Sin embargo, los autores concluyen que el estudio ofrece algunas orientaciones para intervenciones de salud pública específicas.
"Nuestro análisis actual sugiere que las políticas que reducirán eficazmente la prevalencia de la interrupción del embarazo deberían dirigirse a individuos como las mujeres casadas y las mujeres mayores --afirman los investigadores--. Proporcionar asistencia para el control de la natalidad y promover la lactancia materna también puede desempeñar un papel esencial en la reducción del riesgo de embarazos no deseados y abortos inseguros en los PIBM".
Los autores añaden que "es necesario que las futuras encuestas demográficas y de salud (EDS) distingan entre abortos provocados, abortos espontáneos y mortinatos en todos los países. Tal distinción orientará las necesidades específicas de salud pública e intervención médica en materia de interrupción del embarazo en los países de ingresos bajos y medios".