Durante el embarazo, las infecciones leves de la madre pueden tener efectos permanentes y específicos en los tejidos de la inmunidad de la descendencia, según un nuevo estudio realizado en ratones publicado en la revista 'Science'.
Los resultados revelan que, aunque el feto puede asumir la infección materna para promover una mayor inmunidad a la infección intestinal, puede hacerlo a costa de una predisposición duradera a los trastornos inflamatorios en la descendencia.
Cada vez hay más pruebas de que el sistema inmunitario comienza a desarrollarse en el útero y se ve muy afectado por el estado inmunitario de la madre durante el embarazo.
Esta descendencia mostró una mayor inmunidad protectora frente a la infección intestinal, también mostró una mayor susceptibilidad a las enfermedades inflamatorias intestinales, como la colitis
Aunque el embarazo se asocia a menudo con la supresión inmunitaria, aún se desconoce cómo pueden influir en la inmunidad de la descendencia las infecciones cotidianas -como las leves del tracto urinario, las respiratorias o las transmitidas por los alimentos- que permanecen sin diagnosticar y a menudo se resuelven por sí solas en la madre.
Para evaluar el impacto de la infección materna en la inmunidad de la descendencia, Los investigadores infectaron a ratones preñados con una cepa específica del patógeno común de origen alimentario 'Yersinia pseudotuberculosis', que causa una infección leve y transitoria.
Sin embargo, aunque la infección de corta duración se limitó a la madre, observaron niveles elevados de células T helper 17 (Th17) intestinales en las crías, que persistieron hasta la edad adulta. Los autores descubrieron que los niveles enriquecidos de la citoquina proinflamatoria interleucina-6 (IL-6) producida por la madre en respuesta a la infección provocaron cambios epigenéticos en las células madre del epitelio intestinal del feto durante el desarrollo in utero.
Aunque esta descendencia mostró una mayor inmunidad protectora frente a la infección intestinal, también mostró una mayor susceptibilidad a las enfermedades inflamatorias intestinales, como la colitis. "En las últimas décadas se ha observado un notable aumento de la incidencia de los trastornos inflamatorios en los niños, como el asma, las alergias y los déficits de comportamiento debidos, en parte, a la neuroinflamación", escriben Mohammed Amir y Melody Zeng en una perspectiva relacionada. Los trabajos futuros "deberán abordar si la impronta inmunológica en el útero puede subyacer a la predisposición a los trastornos inflamatorios, y de qué manera".