Un nuevo estudio muestra que la incidencia de la infección por COVID-19 ha sido baja en personas con enfermedades reumáticas, y la mayoría de las personas infectadas experimentaron un curso leve de la enfermedad y se han registrados pocas muertes entre estos pacientes, según un estudio presentado en la reunión anual del American College of Rheumatology.
Los investigadores recuerdan que, a medida que la pandemia de COVID-19 aumentó en todo el mundo a principios de 2020, se desconocía el riesgo de infección grave, complicaciones o muerte para las personas con enfermedad reumática. Muchos de estos pacientes con enfermedad reumática son tratados con medicamentos inmunosupresores que los dejan más susceptibles a las infecciones, lo que ha producido un mayor miedo en estos pacientes.
Cuando comenzó la pandemia, no estaba claro cómo las personas con enfermedades reumáticas que recibían terapia inmunosupresora se veían afectadas por una infección por COVID-19. Algunos estudios iniciales incluso sugirieron que estos medicamentos podrían tener un efecto protector, pero persistieron las preocupaciones sobre la vulnerabilidad de esta población de pacientes. Para obtener más información, los investigadores realizaron una revisión sistemática de los estudios que informaron los resultados de la infección por COVID-19 entre pacientes con enfermedades reumáticas que estaban tomando terapias biológicas y dirigidas.
Cuando comenzó la pandemia, no estaba claro cómo las personas con enfermedades reumáticas que recibían terapia inmunosupresora se veían afectadas
"Cuando comenzó la pandemia, existía la preocupación de continuar o suspender las terapias inmunitarias entre los pacientes con enfermedades reumáticas porque tienen un mayor riesgo de infección", señala el coautor del estudio, Akhil Sood, MD, residente de medicina interna en reumatología en la rama médica de la Universidad de Texas en Galveston.
"Estábamos interesados en ver si estos pacientes tienen un mayor riesgo de infección por COVID-19. Si se infectaran, queríamos saber la gravedad de su curso clínico. Esto puede ayudarnos a determinar si es seguro continuar o mantener terapias inmunes en el contexto de una infección por COVID-19", explica.
Los investigadores buscaron sistemáticamente en PubMed/Medline y Scopus para identificar estudios relevantes de enero a junio de 2020 que informaron los resultados de COVID-19 entre pacientes con enfermedad reumática. Además, extrajeron información demográfica y el uso de biológicos o terapia dirigida por parte de los pacientes con inhibidores de la quinasa Janus (JAK), y midieron los siguientes resultados de COVID-19: hospitalización, ingreso a una UCI y muerte.
La revisión final incluyó a 6.095 pacientes con enfermedades reumáticas de ocho estudios de cohortes observacionales
Según sus síntomas clínicos, los pacientes se dividieron en dos grupos: graves o con mayor riesgo de insuficiencia respiratoria o complicaciones potencialmente mortales o no graves. La revisión final incluyó a 6.095 pacientes con enfermedades reumáticas de ocho estudios de cohortes observacionales, con un 28% con artritis reumatoide (AR) y un 7% con artritis psoriásica (PsA). De los 6.095 pacientes, solo 123 o el 2% fueron positivos o muy sospechosos de COVID-19.
En todos los estudios utilizados para la revisión, el 68% de los pacientes con COVID-19 tomaban biológicos, el 31% tomaba medicamentos anti-TNF y el 6% tomaba inhibidores de JAK. Entre los pacientes que se infectaron con el coronavirus, 91 o 73% nunca fueron hospitalizados. Trece pacientes que fueron hospitalizados requirieron ingreso en UCI y cuatro pacientes fallecieron.
"En nuestro análisis, hubo una pequeña cantidad de pacientes en terapias biológicas y dirigidas para sacar conclusiones definitivas sobre si continuar o mantener las terapias. Estamos esperando estudios adicionales extensos que incluyan a más pacientes con enfermedad reumática en terapias biológicas y dirigidas. Otra área de interés para nosotros es examinar los factores de riesgo de infección grave por COVID-19 en pacientes con enfermedad reumática. Esperamos que esto pueda ayudarnos a identificar qué pacientes deben monitorear de cerca y posiblemente desarrollar precauciones para mitigar su riesgo", concluye.