Los infartos de miocardio en adultos jóvenes tienen el doble de probabilidades de ser mortales en quienes padecen enfermedades inflamatorias como la psoriasis, el lupus o la artritis reumatoide, según un estudio que se publica en el 'European Journal of Preventive Cardiology', una revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
Al menos el 2% de las personas en Europa y en todo el mundo padecen enfermedades inflamatorias sistémicas, que suelen afectar a múltiples sistemas orgánicos. Muchas de estas enfermedades inflamatorias sistémicas se deben a la autoinmunidad, es decir, el sistema inmunitario del organismo se ataca a sí mismo.
La psoriasis es la más común y provoca manchas rojas, con picor y escamas en la piel, y también puede causar inflamación en las articulaciones. La artritis reumatoide provoca inflamación en las articulaciones de las manos y los pies y en otros sistemas orgánicos. En el lupus eritematoso sistémico, el organismo puede atacar la piel, las articulaciones, los riñones, las células sanguíneas, el cerebro, el corazón y los pulmones.
Las personas con enfermedades inflamatorias sistémicas tienen un mayor riesgo de sufrir infartos. Las enfermedades inflamatorias pueden aparecer a cualquier edad, pero su aparición suele producirse en la juventud. Este fue el primer estudio que examinó la frecuencia y el impacto de las enfermedades inflamatorias en pacientes jóvenes con infarto de miocardio.
Las enfermedades inflamatorias pueden aparecer a cualquier edad, pero su aparición suele producirse en la juventud
El estudio utilizó datos del registro YOUNG-MI, en el que se inscribieron pacientes que sufrieron un infarto de 50 años o menos entre 2000 y 2016 y que fueron tratados en el Hospital General de Massachusetts y en el Hospital Brigham and Women's de Boston, en Estados Unidos. Los investigadores identificaron a los pacientes con enfermedades inflamatorias sistémicas y los compararon con los que no tenían estas afecciones.
Entre los 2.097 pacientes con infarto de miocardio de 50 años o menos, 53 (2,5%) tenían una enfermedad inflamatoria. La psoriasis era la más común (64%), seguida del lupus (23%), la artritis reumatoide (9%) y otras afecciones (4%). Como era de esperar, los pacientes con enfermedades inflamatorias eran más mujeres. También eran más propensos a padecer hipertensión arterial, pero tenían tasas similares de colesterol alto y diabetes en comparación con los que no padecían enfermedades inflamatorias.
Durante una mediana de seguimiento de 11,2 años, los pacientes con enfermedades inflamatorias tenían casi dos veces más probabilidades de morir en comparación con los que no tenían enfermedades inflamatorias.
A continuación, los investigadores compararon las tasas de mortalidad de los 53 pacientes con enfermedades inflamatorias con una submuestra de 138 pacientes sin estas afecciones. Los dos grupos se emparejaron por edad, sexo y factores de riesgo cardiovascular, como la diabetes, la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión arterial y el colesterol alto.
Los pacientes con enfermedades inflamatorias tenían 2,68 veces más probabilidades de morir durante los 11,2 años de seguimiento en comparación con el grupo emparejado sin enfermedades inflamatorias.
Entre los 2.097 pacientes con infarto de miocardio de 50 años o menos, 53 (2,5%) tenían una enfermedad inflamatoria
La autora del estudio, la doctora Brittany Weber, especialista en cardio-reumatología del Hospital Brigham and Women's y de la Facultad de Medicina de Harvard, explica que "esto sugiere que la peor supervivencia a largo plazo de los pacientes jóvenes con infarto que padecen enfermedades inflamatorias podría estar relacionada con la inflamación frente a la mayor prevalencia de otros factores de riesgo cardiovascular".
La 'Aspirina' y las estatinas se recomiendan después de un ataque al corazón, pero el estudio descubrió que los pacientes con enfermedades inflamatorias tenían menos probabilidades de que se les prescribieran estos medicamentos al ser dados de alta que los que no tenían enfermedades inflamatorias.
"Nos sorprendió este hallazgo --reconoce la doctora Weber--. Una de las razones podría ser la preocupación por las interacciones entre fármacos, ya que estos pacientes suelen tomar medicamentos que suprimen el sistema inmunitario. Dado que las enfermedades inflamatorias sistémicas son raras, las cifras de este estudio eran pequeñas, y es importante confirmar este resultado en otras cohortes similares".
La doctora Weber afirma que se necesitan herramientas para predecir con exactitud el riesgo de sufrir un infarto en individuos con enfermedades inflamatorias, a fin de orientar los esfuerzos de prevención, como las estatinas.
"Las calculadoras actuales, que se utilizan para determinar la elegibilidad para los medicamentos preventivos, generalmente subestiman el riesgo cardiovascular en pacientes con enfermedades inflamatorias sistémicas", añade.
En cuanto a la forma de prevenir el primer y los siguientes infartos, la doctora Weber dijo que las personas con enfermedades inflamatorias deben seguir los mismos consejos que la población general. "Los comportamientos de estilo de vida son increíblemente importantes, incluyendo una alimentación sana, actividad física y no fumar, además de controlar el colesterol, la presión arterial y la diabetes", advierte.