Una revisión de estudios liderada por el anestesista Niek Sperna Weiland, del Centro Médico Universitario de Ámsterdam (Países Bajos), ha advertido de que los gases anestésicos inhalados son "potentes contribuidores al efecto invernadero, con efectos hasta miles de veces más potentes que el dióxido de carbono".
El trabajo, presentado en Euroanaesthesia, congreso organizado por la Sociedad Europea de Anestesiología y Cuidados Intensivos (ESAIC, por sus siglas en inglés), apunta que estos anestésicos volátiles (gaseosos) tienen un potencial de calentamiento global (PCG) que oscila entre 440 y 6810 en relación con el dióxido de carbono (CO2), que tiene un PCG de referencia de 1.
El anestésico sevoflurano tiene un PCG de 440, el isoflurano de 1800 y el desflurano de 6810. Todos ellos son extremadamente altos. El metano, emitido por el ganado en todo el mundo y otros procesos, tiene un PCG de 86, y el óxido nitroso (emitido por la agricultura, pero también utilizado en anestesia) es de 289, y este gas tiene una vida atmosférica extremadamente larga (alrededor de 120 años).
"No hay pruebas de que la anestesia volátil produzca resultados más favorables para los pacientes. Dicho esto, no podemos prescindir por completo de estos agentes inhalados. La indicación más común puede ser la necesidad continua de inducir la anestesia con máscara en los niños"
"La reducción de la emisión de estos gases es una victoria rápida en la lucha contra el cambio climático. Tras su uso, estas sustancias se emiten a la atmósfera y se ha registrado un aumento de las concentraciones incluso en zonas muy remotas, como la Antártida y las alturas de los Alpes", ha dicho.
Hay varias formas de reducir las emisiones, entre las que se incluyen poner fin al uso de óxido nitroso, desflurano e isoflurano de forma inmediata, mediante una combinación de uso eficiente de la única otra alternativa disponible (sevoflurano), y el cambio a otros modos de anestesia como la TIVA (anestesia intravenosa total) y la anestesia regional (espinal/epidural/bloqueos nerviosos); y también capturar los anestésicos volátiles de la tubería de aire de escape. "También es de esperar que la Comisión Europea esté preparando una prohibición total del desflurano, que entraría en vigor el 1 de enero de 2026", detalla Weiland.
El experto explica que, aunque algunas indicaciones de la anestesia inhalada seguirán existiendo, no hay ninguna razón por la que no se pueda cambiar a un paciente a la TIVA o a la anestesia regional en la mayoría de los casos.
"No hay pruebas de que la anestesia volátil produzca resultados más favorables para los pacientes. Dicho esto, no podemos prescindir por completo de estos agentes inhalados. La indicación más común puede ser la necesidad continua de inducir la anestesia con máscara en los niños", detalla.