Dos nuevas moléculas que generan cantidades mínimas del gas sulfuro de hidrógeno evitan el envejecimiento de la piel tras la exposición a la luz ultravioleta presente en la luz solar, según un estudio liderado por la Universidad de Exeter (Reino Unido) publicado en la revista Antioxidants and Redox Signaling.
Las quemaduras solares son una de las principales causas del envejecimiento prematuro de la piel y un factor de riesgo primordial para el cáncer de piel y otros problemas cutáneos asociados al envejecimiento. Ahora, este equipo internacional de investigación ha logrado avances para poder revertir o retrasar este daño por primera vez.
En el estudio, el equipo expuso a la radiación ultravioleta (UVA) las células de la piel humana adulta y la piel de los ratones. La UVA es la parte de la luz solar natural que daña la piel sin protección y puede penetrar a través de las ventanas, e incluso de algunas prendas de vestir.
Provoca el envejecimiento prematuro de la piel al activar unas enzimas que digieren la piel llamadas colagenasas. Estas enzimas corroen el colágeno natural, lo que hace que la piel pierda elasticidad y se hunda, lo que provoca arrugas.
El equipo de investigadores ha logrado avances para revertir o retrasar el daño de las quemaduras solares
Los rayos UVA también penetran más profundamente en la piel que la radiación ultravioleta que causa las quemaduras solares (UVB), y dañan el ADN celular, provocando mutaciones que pueden contribuir a algunos cánceres de piel. Las clásicas cremas solares que se usan en vacaciones se asientan sobre la piel y absorben la radiación UV, pero no penetran en la piel, donde se producen los daños duraderos.
Sin embargo, la investigación del equipo abre el camino a una nueva forma de proteger las capas más profundas de la piel mediante dos compuestos inventados en la Universidad de Exeter: AP39 y AP123. En los experimentos, los compuestos no protegían la piel del mismo modo que las cremas solares tradicionales evitan las quemaduras solares, sino que penetraban en la piel para corregir el modo en que la producción y el uso de energía de las células cutáneas se desactivaba por la exposición a los rayos UVA. Así se evitó la activación de las enzimas de la colagenasa que degradan la piel y el consiguiente daño cutáneo.
Los compuestos utilizados en este estudio han demostrado anteriormente tener efectos impresionantes en la reducción de la inflamación y el daño de la piel después de las quemaduras y la dermatitis atópica (eczema). En un contexto antienvejecimiento, impidieron el envejecimiento de las células de la piel humana en experimentos con tubos de ensayo, pero es la primera vez que se observan los efectos del fotoenvejecimiento en animales.