Investigadores del Instituto Laureate de Investigación Cerebral de Tulsa (Oklahoma, Estados Unidos) han identificado una conexión anormal entre los sistemas nerviosos autónomo y central, concretamente a través de la comunicación entre el corazón y parte de la corteza frontal del cerebro, en mujeres con trastorno de ansiedad generalizada (TAG).
En el estudio, publicado en la revista científica 'JAMA Psychiatry', el objetivo del equipo era comprobar si los individuos que padecen TAG muestran una disfunción en los circuitos neuronales que subyacen a la excitación cardiovascular y si eso puede estar asociado a ciertos síntomas relacionados con el trastorno, como la ansiedad y la sensación corporal.
Para llevar a cabo el estudio, realizaron un ensayo clínico aleatorizado con 58 mujeres adultas (29 con TAG y 29 sanas). Durante el estudio estimularon el sistema cardiovascular con un medicamento llamado isoproterenol, que imita los efectos de la adrenalina pero, a diferencia de ésta, no puede atravesar la barrera hematoencefálica para incidir directamente en la actividad cerebral.
Los principales resultados fueron que los pacientes con TAG diferían significativamente de los participantes sanos en varias variables, pero sólo durante la menor de las dos dosis de isoproterenol
Se administraron infusiones intravenosas de isoproterenol o solución salina durante la realización de imágenes de resonancia magnética funcional, lo que les permitió evaluar si los cerebros de los pacientes con TAG diferían en el procesamiento de la información recibida del cuerpo, una función conocida como "interocepción". Los principales resultados fueron que los pacientes con TAG diferían significativamente de los participantes sanos en varias variables, pero sólo durante la menor de las dos dosis de isoproterenol.
En concreto, percibían que sus latidos eran más intensos y tenían frecuencias cardíacas relativamente más altas y una menor actividad neuronal en el córtex prefrontal ventromedial, una zona del cerebro conocida por regular el sistema nervioso autónomo y facilitar las sensaciones de miedo o seguridad. La ansiedad autodeclarada fue significativamente mayor sólo en el caso de los enfermos de TAG en comparación con los participantes sanos en respuesta a cualquiera de las dos dosis.
Para el autor principal, Adam Teed, el hecho de que los resultados anormales observados para aquellos con TAG ocurrieron durante dosis más bajas, pero no más altas, del medicamento fue el principal hallazgo del estudio: "La administración de isoproterenol nos permitió aportar pruebas causales de que un sistema cardiovascular anormalmente sensible y un córtex frontal anormalmente insensible en los pacientes con TAG disminuye su capacidad para regular la excitación corporal. Esto podría ayudar a explicar por qué experimentan ansiedad con tanta frecuencia y en una amplia variedad de contextos".
Los autores esperan que su estudio impulse nuevas investigaciones sobre el córtex prefrontal ventromedial como objetivo terapéutico para nuevos tratamientos que ayuden a los individuos con TAG a regular las respuestas fisiológicas y emocionales al estrés.