Tener la presión arterial alta duplica con creces el riesgo de hospitalización de una persona por una infección por la variante ómicron de la Covid-19, incluso a pesar de la pauta de vacunación completa, incluida una dosis de refuerzo, según un estudio publicado este miércoles en 'Hypertension', la revista científica de la Asociación Americana del Corazón.
En esta investigación, que ha analizado a adultos hospitalizados por Covid-19 en Los Ángeles (Estados Unidos) entre diciembre de 2021 y abril de 2022, el impacto de la presión arterial alta, también conocida como hipertensión, en la enfermedad grave de Covid-19 se mantuvo incluso en ausencia de otras enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la enfermedad renal o la insuficiencia cardíaca.
Las vacunas ayudaron a reducir las muertes y algunos de los efectos secundarios más graves de la infección al principio de la pandemia. Una dosis de refuerzo redujo aún más los riesgos de enfermedad grave hasta en un 70%, según un estudio observacional realizado en Israel; sin embargo, una parte de las personas totalmente vacunadas y reforzadas aún requirieron hospitalización durante una oleada temprana de la variante ómicron.
Una parte de las personas totalmente vacunadas y reforzadas aún requirieron hospitalización durante una oleada temprana de la variante ómicron
Si bien este nuevo estudio no ha diferenciado qué subvariantes de ómicron estaban presentes en este grupo de estudio, buscaron comprender las características asociadas con las personas que tenían casos de Covid-19 lo suficientemente graves como para requerir atención hospitalaria a pesar de tener la serie completa de vacunas de Covid-19 y una dosis de refuerzo.
"Nuestros datos revelaron que no sólo los adultos mayores con otras condiciones de salud subyacentes son vulnerables. La infección por ómicron lo suficientemente grave como para causar una hospitalización puede ocurrirle a un adulto de cualquier edad, especialmente si una persona tiene presión arterial alta, incluso si no tiene ninguna otra enfermedad crónica importante. Las personas que corren más riesgo no son necesariamente quienes pensamos que son. No son los más enfermos entre los enfermos, y esto fue un hallazgo sorprendente", explica el líder del estudio, Joseph E. Ebinger, del Cedars-Sinai Medical Center en Los Ángeles.
Los investigadores llevaron a cabo un estudio de cohorte retrospectivo de 912 adultos que habían recibido al menos tres dosis de una vacuna Covid-19 de ARNm (Pfizer-BioNTech o Moderna) y fueron tratados por Covid-19 durante una oleada de ómicron, entre diciembre de 2021 y abril de 2022, en el área metropolitana de Los Ángeles.
De los 912 adultos que recibieron tres dosis de la vacuna, casi el 16% requirió hospitalización
También se examinó la información demográfica, incluida la edad, el género, la raza, el origen étnico y los datos clínicos de los registros de salud electrónicos. Los científicos identificaron variables clave y características clínicas, como la presencia de condiciones de salud crónicas, incluyendo la diabetes tipo 2, la enfermedad renal, el ataque al corazón, la insuficiencia cardíaca y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica anterior o el asma.
Según el análisis, de los 912 adultos que recibieron tres dosis de la vacuna, casi el 16% requirió hospitalización. La edad avanzada, la hipertensión arterial, la enfermedad renal crónica, el infarto de miocardio, la insuficiencia cardíaca y el tiempo transcurrido entre la última vacunación y la infección por Covid-19 se asociaron a un mayor riesgo de hospitalización.
Las personas con presión arterial alta tenían 2,6 veces más probabilidades de requerir atención hospitalaria por una enfermedad grave por Covid-19, incluso cuando la persona no tenía ninguna otra enfermedad crónica grave. De los 145 pacientes hospitalizados, 125 de ellos (86,2%) tenían la presión arterial alta.
"Tenemos que concienciar y hacer comprender que recibir tres dosis de una vacuna puede no prevenir la Covid-19 grave en todo el mundo, especialmente entre las personas con presión arterial alta. También necesitamos más investigaciones para entender por qué existe esta relación entre la presión arterial alta y un riesgo excesivo de padecer una enfermedad Covid-19 más grave", apunta Ebinger.