Entre los adultos sanos de mediana edad del norte de Europa, las mujeres tienden a tener una función renal más baja que los hombres, pero la función renal de los hombres disminuye posteriormente a un ritmo más rápido durante el envejecimiento, según un estudio publicado en la revista 'JASN'.
Aunque hay más mujeres que hombres con enfermedad renal crónica (ERC), son más los hombres que desarrollan insuficiencia renal. En el estudio sobre una población del norte de Europa que trataba de explicar esta contradicción, la función renal era menor en las mujeres de mediana edad que en los hombres, pero la tasa posterior de disminución de la función renal durante el envejecimiento era más pronunciada entre los hombres. Las diferencias de sexo relacionadas con las enfermedades y los factores de riesgo de la enfermedad renal no explicaban estas diferencias.
La mayoría de las personas pierden parte de su función renal cuando envejecen, y como la población está envejeciendo en todo el mundo, cada vez hay más personas que desarrollan una ERC. El estudio Global Burden of Disease predice que la ERC será la quinta causa de pérdida de años de vida en 2040.
Las diferencias biológicas relacionadas con el riñón entre mujeres y hombres y las diferencias de sexo en los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida se han propuesto como posibles explicaciones para la aparente contradicción de que las mujeres tienen una función renal reducida en comparación con los hombres, pero menores tasas de insuficiencia renal.
Para aportar información, el doctor Toralf Melsom, del Hospital Universitario del Norte de Noruega y de la Universidad Ártica de Noruega, junto con sus colegas, reclutaron a 1.837 adultos (53% mujeres, de entre 50 y 62 años de edad) en el norte de Europa que eran representativos de la población general y no tenían diabetes, ERC o enfermedades cardiovasculares declaradas por ellos mismos. La función renal de los participantes se midió en 2007-2009, 2013-2015 y 2018-2020.
"Dado que el método común para estimar la función renal utilizando los niveles de creatinina en la sangre es inexacto y poco fiable, medimos la función renal mediante la inyección intravenosa de un marcador de filtración renal: el medio de contraste iohexol. Se recogió una muestra de sangre 3-4 horas después para calcular la tasa de filtración renal", explica Melsom.
"Este método se ha considerado demasiado complicado para utilizarlo en estudios poblacionales; sin embargo, durante 11 años de seguimiento, realizamos más de 4.000 mediciones de la función renal en 1.837 personas", añade.
El estudio reveló que las mujeres tendían a tener una función renal más baja que los hombres en 2007-2009. A continuación, la función renal de las mujeres disminuyó con el tiempo de forma lineal, pero la de los hombres se redujo más rápidamente a edades más avanzadas. Las personas sin enfermedades crónicas importantes ni factores de riesgo de ERC mantuvieron una mejor función renal, pero el estado de salud no explicó las diferencias de sexo en el descenso de la función renal.
"Este estudio es el primero que repite mediciones precisas de la función renal en mujeres y hombres relativamente sanos durante el envejecimiento. Al hacerlo, aportamos conocimientos importantes sobre la pérdida de la función renal relacionada con la edad y las disparidades de sexo en la prevalencia de la ERC", destaca el doctor Melsom.
"El estudio puede explicar en parte por qué hay más mujeres a las que se les diagnostica una ERC temprana y más hombres que desarrollan una ERC grave e insuficiencia renal durante el envejecimiento --prosigue--. La pérdida acelerada de la función renal se ha asociado a la muerte prematura en estudios anteriores. El papel de la pérdida de la función renal relacionada con la edad en el envejecimiento saludable y la esperanza de vida en las mujeres y los hombres debe abordarse en nuevos estudios", concluyen los autores.