El consumo constante de tabaco por parte de la madre durante el embarazo podría estar asociado a un desarrollo cerebral subóptimo a largo plazo para la descendencia, según un estudio publicado en la revista científica 'JAMA Network'.
Cada vez hay más pruebas que indican que el consumo de tabaco durante el embarazo genera un desarrollo neurológico subóptimo en la descendencia. Entre estos problemas se encuentran el deterioro de las capacidades cognitivas, el trastorno bipolar y los trastornos del espectro de la esquizofrenia.
El estudio, realizado por investigadores del University Medical Center Rotterdam (Países Bajos), exploró la asociación entre una madre que consume tabaco durante su embarazo y el desarrollo cerebral preadolescente, incluyendo sus vías de mediación. El tabaquismo paterno se utilizó como control negativo de la confusión familiar y la genética compartida.
El estudio reclutó a 9.778 mujeres embarazadas que dieron a luz entre abril de 2002 y enero de 2006. De ellas, 2.047 fueron incluidas en el estudio
Los investigadores primero administraron cuestionarios a las madres sobre su consumo de tabaco durante cada trimestre. A continuación, los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética para evaluar la morfología cerebral de los preadolescentes, recogiendo información sobre el volumen cerebral y medidas corticales basadas en la superficie. Cuantificaron la metilación del ADN mediante una puntuación de riesgo de metilación ponderada.
El consumo constante de tabaco durante el embarazo se asoció positivamente con que la descendencia tuviera volúmenes cerebrales globales y regionales más bajos, que se mantuvieron cuando el niño creció hasta los 9-11 años de edad.
La descendencia también tenía una superficie cerebral notablemente menor, y las imágenes posteriores revelaron una menor girificación entre los participantes de 10 años.
Según los investigadores, aunque la exposición al tabaco es un factor ambiental importante asociado a la metilación del ADN, no hay pruebas que asocien el tabaquismo materno con la metilación del ADN al nacer.
Estos resultados sugieren que los niños expuestos sistemáticamente al tabaco en el útero tenían un desarrollo cerebral comprometido 10 años después
La nicotina podría ser un factor para este hallazgo, ya que se ha demostrado en modelos animales que induce la muerte celular apoptótica que puede encoger el cerebro del feto y hacer que se mantenga encogido a medida que la descendencia crece. Además, estudios recientes han relacionado el tabaco con la reducción de la capacidad craneal, lo que podría restringir el desarrollo cerebral a largo plazo.
Los investigadores no observaron ninguna relación entre el consumo de tabaco por parte del padre y la morfología del cerebro del niño. Por tanto, no se cree que los factores familiares o la genética compartida contribuyan a este desarrollo cerebral preadolescente subóptimo.
Los autores del estudio especularon que el consumo constante de tabaco durante el embarazo afectaba más al desarrollo cerebral que el consumo de tabaco en las primeras etapas. Los investigadores recomiendan ahora dejar el tabaco antes de un embarazo planificado o cuando se descubre un embarazo para proteger el desarrollo cerebral óptimo del niño.
Según los investigadores, estudios futuros podrían analizar los resultados neurocognitivos para encontrar la relevancia clínica de la morfología cerebral y el tabaquismo.