Los fármacos contra las náuseas más utilizados se relacionan con un mayor riesgo de ictus

os resultados muestran que los tres ADA estudiados (domperidona, metopimazina y metoclopramida) se asociaron a un mayor riesgo, especialmente en los primeros días de uso

Ictus (Foto. Freepik)
Ictus (Foto. Freepik)
24 marzo 2022 | 11:10 h

Los fármacos conocidos como antieméticos antidopaminérgicos (ADA) que se utilizan ampliamente para aliviar las náuseas y los vómitos causados, por ejemplo, por la migraña, la quimioterapia o la radioterapia y después de la cirugía, se asocian con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular isquémico, según un estudio publicado por 'The BMJ'.

Los resultados muestran que los tres ADA estudiados (domperidona, metopimazina y metoclopramida) se asociaron a un mayor riesgo, especialmente en los primeros días de uso, pero el mayor incremento se encontró para la metopimazina y la metoclopramida. Los investigadores sugieren que la posible acción de los ADA sobre el flujo sanguíneo al cerebro podría explicar este mayor riesgo.

Al igual que los antipsicóticos, los ADA son fármacos antidopaminérgicos ya que actúan bloqueando la actividad de la dopamina en el cerebro. Los antipsicóticos se han asociado a un mayor riesgo de ictus isquémico, pero se desconoce si este riesgo podría extenderse a otros antidopaminérgicos, incluidos los ADA.

Para abordar esta laguna, un equipo de investigadores franceses del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia (Inserm), de la Universidad de Burdeos (Centro de Salud de la Población de Burdeos) y del CHU de Burdeos, se propuso estimar el riesgo de ictus isquémico asociado al uso de ADA en un entorno real.

Identificaron a 2.612 pacientes de la base de datos del sistema sanitario de reembolso nacional francés (SNDS) con un primer accidente cerebrovascular isquémico entre 2012 y 2016 y al menos un reembolso por domperidona, metopimazina o metoclopramida en los 70 días anteriores a su accidente cerebrovascular. Los pacientes tenían una edad media de 72 años y el 34% eran hombres.

Los resultados muestran que los tres ADA estudiados (domperidona, metopimazina y metoclopramida) se asociaron a un mayor riesgo, especialmente en los primeros días de uso

Compararon las frecuencias de estos reembolsos de ADA entre un periodo de riesgo (días -14 a -1 antes del ictus) y tres periodos de referencia emparejados (días -70 a -57, -56 a -43 y -42 a -29 antes del ictus).

A continuación, los pacientes con ictus se emparejaron por edad, sexo y factores de riesgo de ictus con un grupo de control sano de 21.859 personas seleccionadas al azar que también recibieron un ADA en el mismo periodo de tiempo.

Entre los pacientes con ictus, 1.250 recibieron un ADA al menos una vez en el periodo de riesgo y 1.060 en los periodos de referencia. Entre el grupo de control, 5.128 y 13.165 recibieron un ADA al menos una vez en los periodos de riesgo y de referencia, respectivamente.

RIESGO TRES VECES MAYOR 

Tras tener en cuenta los factores potencialmente influyentes, los investigadores descubrieron que los nuevos usuarios de ADA podían tener un riesgo 3 veces mayor de sufrir un ictus poco después de iniciar el tratamiento.

Otros análisis por edad, sexo y antecedentes de demencia mostraron resultados similares, siendo los hombres los que presentaban un mayor riesgo (3,59 veces mayor).

El riesgo parecía aumentar para todos los ADA, siendo el mayor incremento el encontrado para la metopimazina (un aumento de 3,62 veces) y la metoclopramida (un aumento de 3,53 veces), ambos fármacos que atraviesan la barrera hematoencefálica.

Se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa, y los investigadores señalan algunas limitaciones inherentes a los estudios de bases de datos, como la falta de información sobre la dosis diaria prescrita o la duración de los ADA y los subtipos de ictus isquémico. No obstante, afirman que sus resultados muestran que el riesgo de ictus isquémico parece estar asociado al uso de ADA.

Y aunque se necesitan más investigaciones de inferencia causal para confirmar esta asociación en otros entornos, sugieren que "el mayor riesgo encontrado para los fármacos que cruzan la barrera hematoencefálica sugiere un posible efecto central, posiblemente a través de una acción sobre el flujo sanguíneo cerebral".

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