Los pacientes con cáncer de mama o páncreas, así como aquellos con algunos otros tipos de tumores pueden sobrevivir más tiempo si se les administra un medicamento contra las náuseas durante la cirugía, según un amplio estudio que se presenta en la reunión anual de la Sociedad Americana de Anestesiólogos, Anesthesiology 2021.
Los investigadores descubrieron que, tres meses después de la intervención quirúrgica, el número de pacientes que no recibieron dexametasona fue tres veces mayor que el de los que recibieron el fármaco.
La dexametasona se administra a los pacientes para prevenir las náuseas y los vómitos después de la cirugía y durante la quimioterapia. Los investigadores descubrieron que la dexametasona puede mejorar los resultados a medio y largo plazo en pacientes con cánceres no inmunogénicos (aquellos que no provocan una fuerte respuesta inmunitaria) como el sarcoma y los cánceres de mama, útero, ovario, esófago, páncreas, tiroides, huesos y articulaciones.
"Es el primer estudio a gran escala que demuestra que en una amplia variedad de cánceres en los que el sistema inmunitario no desempeña un papel importante, los efectos positivos de la dexametasona parecen predominar"
"La dexametasona tiene efectos positivos y negativos: inhibe el crecimiento del cáncer, pero también suprime el sistema inmunitario", precisa el doctor Maximilian Schaefer, autor principal del estudio y director del Centro de Excelencia en Investigación Anestésica del Centro Médico Beth Israel Deaconess y la Facultad de Medicina de Harvard, en Estados Unidos.
Recuerda que "investigaciones anteriores han informado de que en los cánceres en los que el sistema inmunitario controla el crecimiento del cáncer, los efectos positivos y negativos de la dexametasona se equilibran entre sí, por lo que no hay ningún beneficio. El nuestro es el primer estudio a gran escala que demuestra que en una amplia variedad de cánceres en los que el sistema inmunitario no desempeña un papel importante, los efectos positivos parecen predominar", añade.
Después de 90 días, 209 (0,83%) de los pacientes que habían recibido dexametasona murieron, frente a 1.543 (3,2%) de los pacientes que no recibieron el fármaco
Los investigadores analizaron los registros de 74.058 pacientes que se sometieron a cirugías para extirpar tumores cancerosos no inmunogénicos entre 2005 y 2020 en el Centro Médico Beth Israel Deaconess y entre 2007 y 2015 en el Hospital General de Massachusetts. En general, 25.178 (34%) pacientes recibieron dexametasona durante la cirugía. Después de 90 días, 209 (0,83%) de los pacientes que habían recibido dexametasona murieron frente a 1.543 (3,2%) de los pacientes que no recibieron el fármaco.
Tras tener en cuenta varios factores, como que la dexametasona suele administrarse a pacientes más jóvenes, los que recibieron el fármaco seguían teniendo un riesgo 21% menor de morir en el plazo de un año tras la intervención. Un segundo análisis determinó que la dexametasona era especialmente beneficiosa para las pacientes con cánceres de ovario, útero o cuello uterino.
"Basándonos en nuestros datos, los médicos anestesistas deberían sentirse más seguros a la hora de administrar dexametasona a los pacientes que se someten a una intervención quirúrgica por cánceres no inmunogénicos - señala Schaefer -. No sólo ayuda con las náuseas, sino que también puede suponer una mejora de la supervivencia".