Los factores de riesgo vascular que se asocian al riesgo de desarrollar demencia pueden variar con la edad, según un nuevo estudio publicado en la edición online de Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología.
Así, el nuevo estudio muestra que, entre las personas de alrededor de 55 años, el riesgo de desarrollar demencia en los próximos 10 años aumentaba en quienes tenían diabetes e hipertensión arterial.
En el caso de las personas de unos 65 años, el riesgo era mayor en los que padecían enfermedades cardíacas, y en los de 70, en los que padecían diabetes e ictus. En el caso de las personas de 80 años, el riesgo de desarrollar demencia aumentaba en quienes tenían diabetes y antecedentes de ictus, mientras que tomar medicamentos para la presión arterial disminuía el riesgo.
"Estos hallazgos pueden ayudarnos a predecir con mayor precisión el riesgo futuro de una persona de desarrollar demencia y hacer recomendaciones individualizadas sobre cambios en el estilo de vida y el control de los factores de riesgo para ayudar a reducir su riesgo de demencia más adelante", apunta el autor del estudio Emer R. McGrath, de la Universidad Nacional de Irlanda Galway y miembro de la Academia Americana de Neurología.
Para el estudio, los investigadores analizaron los datos del Estudio del Corazón de Framingham, que incluía a 4.899 personas de unos 55 años, de las cuales 2.386 seguían sin padecer demencia y tenían datos disponibles alrededor de los 80 años. A partir de los 65 años, se siguió a los participantes para ver quiénes desarrollaban demencia.
"Estos hallazgos pueden ayudarnos a predecir con mayor precisión el riesgo futuro de una persona de desarrollar demencia y hacer recomendaciones individualizadas sobre cambios en el estilo de vida y el control de los factores de riesgo"
Las personas que tenían diabetes a los 55 años tenían más de cuatro veces más probabilidades de desarrollar demencia posteriormente que las personas que no tenían diabetes a esa edad. Y las personas de 55 años con presión arterial alta eran más propensas a desarrollar demencia, con un riesgo que aumentaba aproximadamente un 12% por cada aumento de 10 puntos en la presión arterial sistólica, que es la cifra más alta de la lectura.
Las personas que padecían enfermedades cardiovasculares a los 65 años tenían casi el doble de probabilidades de desarrollar demencia más adelante que las que no padecían esas afecciones. Esto podría incluir un ataque al corazón u otras afecciones cardíacas, pero no un accidente cerebrovascular.
Las personas de 70 años que padecían diabetes e ictus tenían más probabilidades de desarrollar demencia. En el caso de las personas de 80 años, las que tenían un ictus o diabetes tenían entre un 40% y un 60% más de probabilidades de desarrollar demencia.
"La demencia es una enfermedad complicada y las puntuaciones de predicción del riesgo deben adaptarse a cada persona", señala McGrath."Nuestros hallazgos apoyan el uso de puntuaciones de predicción del riesgo de demencia específicas para cada edad en lugar de un enfoque único".