Una nueva investigación indica que una sobrecarga de diversas moléculas inflamatorias, literalmente "atrapadas" dentro de coágulos sanguíneos microscópicos insolubles (microcoágulos), podría ser la causa de algunos de los síntomas persistentes que experimentan los individuos con COVID-19 persistente.
Este inesperado hallazgo fue realizado por la profesora Resia Pretorius, investigadora del Departamento de Ciencias Fisiológicas de la Universidad de Stellenbosch (Sudáfrica), cuando empezó a estudiar los microcoágulos y su contenido molecular en muestras de sangre de personas con COVID-19 persistente. Desde entonces, los hallazgos han sido revisados por pares y publicados en la revista 'Cardiovascular Diabetology'.
"Encontramos altos niveles de varias moléculas inflamatorias atrapadas en microcoágulos presentes en la sangre de individuos con COVID-19 persistente. Algunas de las moléculas atrapadas contienen proteínas de coagulación como el fibrinógeno, así como la alfa(2)-antiplasmina", explica la profesora Pretorius.
"Encontramos altos niveles de varias moléculas inflamatorias atrapadas en microcoágulos presentes en la sangre de individuos con COVID-19 persistente"
La alfa(2)-antiplasmina es una molécula que impide la descomposición de los coágulos sanguíneos, mientras que el fibrinógeno es la principal proteína coagulante. En condiciones normales, el sistema plasmina-antiplasmina del organismo mantiene un delicado equilibrio entre la coagulación de la sangre (el proceso por el que la sangre se espesa y coagula para evitar la pérdida de sangre tras una lesión) y la fibrinólisis (el proceso de descomposición de la fibrina en la sangre coagulada para evitar la formación de coágulos).
Con niveles elevados de alfa(2)-antiplasmina en la sangre de los pacientes de COVID-19 y de las personas que padecen COVID-19 persistente, la capacidad del organismo para descomponer los coágulos se ve considerablemente inhibida.
La insolubilidad de los microcoágulos se puso de manifiesto cuando observaron que las muestras de plasma sanguíneo de los individuos con COVID-19 aguda y COVID-19 persistente seguían depositando gránulos insolubles en el fondo de los tubos tras la dilución (un proceso denominado tripsinización).
Ahora son el primer grupo de investigación que ha informado sobre el hallazgo de microcoágulos en las muestras de sangre de individuos con COVID-19 persistente, utilizando la microscopía de fluorescencia y el análisis proteómico, resolviendo así otro enigma asociado a la enfermedad.
"Resulta especialmente interesante la presencia simultánea de microcoágulos anómalos persistentes y un sistema fibrinolítico patológico", escriben en el artículo de investigación. Esto implica que el equilibrio entre la plasmina y la antiplasmina puede ser fundamental para las patologías en la COVID-19 persistente, y proporciona más pruebas de que la COVID-19, y ahora la COVID-19 persistente, presentan importantes patologías cardiovasculares y de coagulación.