Investigadores de Intermountain Healthcare (Estados Unidos) han llevado a cabo un estudio para identificar y estratificar los programas de administración de antimicrobianos en cuatro grupos diferentes, un primer paso hacia el estudio de la eficacia de estos modelos para mejorar la atención al paciente y reducir el aumento de las superbacterias resistentes a los antibióticos.
Los programas de administración de antimicrobianos son un medio esencial para que los hospitales y los sistemas sanitarios se aseguren de que los antibióticos se utilizan de forma adecuada. Si se siguen administrando a pacientes que no los necesitan, pueden perjudicar a esos pacientes al tiempo que contribuyen a la resistencia a los antibióticos, lo que hace que las infecciones bacterianas sean más difíciles de tratar.
Estos programas pueden ser tan variados como los propios sistemas sanitarios, lo que deja a los investigadores sin saber cuáles son las mejores prácticas en su enfoque de los antibióticos. Por eso este nuevo trabajo del equipo de Intermountain Healthcare es tan vital.
"Reunimos a los líderes de la administración antimicrobiana de todo Estados Unidos para entender mejor tanto las estructuras como las funciones de sus programas. Queríamos categorizar los diferentes enfoques de este trabajo, con la esperanza de identificar luego qué métodos son los más eficaces, y cuáles pueden utilizarse como modelos para otros sistemas sanitarios", explica Whitney Buckel, gerente farmacéutica de administración antimicrobiana en Intermountain Healthcare.
El estudio, dirigido por investigadores de Intermountain en colaboración con científicos de Pew Charitable Trusts y la Universidad de Utah, encuestó a 20 sistemas sanitarios diferentes, entre ellos Kaiser Permanente, la Clínica Mayo y la Administración de Salud de los Veteranos.
Como parte de la encuesta, se preguntó a los responsables de los programas sobre aspectos clave de la estructura y el funcionamiento de la administración de antibióticos de su sistema o red
En su trabajo, publicado en la revista científica 'Clinical Infectious Diseases', los investigadores también llevaron a cabo un seminario web, debates virtuales en grupo y grupos de discusión, que les proporcionaron más información sobre estos programas de administración de antimicrobianos, y también impulsaron a los líderes en este campo a iniciar conversaciones entre ellos sobre su trabajo.
Los investigadores descubrieron que existen cuatro categorías de programas en Estados Unidos. El primero, el modelo de colaboración (15%): Estos programas se desarrollaron orgánicamente sin una estructura formal y son dirigidos por comités con una responsabilidad limitada. A través de este modelo, la participación de los centros es voluntaria, y los objetivos de administración de antimicrobianos son establecidos por centros individuales, en lugar de a nivel del sistema.
El segundo es el modelo coordinado centralmente (30%). Estos programas tienen una estructura formal escrita y un comité con cierto nivel de responsabilidad del sistema. Este modelo suele formarse orgánicamente al principio, pero también cuenta con iniciativas de administración del sistema dirigidas por el comité, objetivos de todo el sistema coordinados a través de un comité central (y que pueden ser aumentados por objetivos locales), recursos de datos que suelen ser priorizados por el comité.
Estos programas suelen tener herramientas y cambios tecnológicos coordinados y compartidos a través de un comité central; y la experiencia en la materia, la comunicación y la educación se proporcionan localmente con el apoyo del comité. En este modelo, la participación suele ser obligatoria
El tercero es el modelo dirigido centralmente (40%): Estos programas tienen un sistema formal de líderes de administración antimicrobiana, y la responsabilidad del sistema con recursos a nivel del sistema. Los objetivos son establecidos por los líderes a nivel de sistema (y pueden ser aumentados por los objetivos locales), con los líderes del sistema responsables de los datos estandarizados a través de todos los sitios, y con la evaluación comparativa priorizada.
En este modelo, los líderes del sistema coordinan las herramientas y los cambios tecnológicos para que se apliquen de forma universal. La experiencia en la materia, la comunicación y la educación se proporcionan a menudo a nivel de sistema y se refuerzan también a nivel local. Al igual que con los modelos coordinados centralmente, a menudo se requiere la participación.
Por último, está el modelo de red colaborativa y consultiva (10%). Este programa, en el que los líderes de la administración de antimicrobianos fuera de la organización sirven como consultores, mentores o miembros en colaboración con los líderes in situ, permite a los centros participar en una red y recibir apoyo de ella.
Este modelo también cuenta con tutoría, objetivos, administración y herramientas específicas del centro adoptadas de los centros externos; tecnología de datos y comunicación desarrolladas localmente o a través de la red del sistema; y experiencia y educación en la materia proporcionadas también por líderes externos.