Un fármaco epigenético, que se usa para tratar cánceres sanguíneos y sarcomas raros, puede detener el crecimiento del cáncer de vejiga activando el sistema inmunitario, según concluye un nuevo estudio de Northwestern Medicine, en Estados Unidos, realizado en ratones, según publican los investigadores en la revista 'Science Advances'.
Señalan que es la primera vez que un fármaco utilizado en neoplasias hematológicas y sarcomas raros se utiliza para tratar uno de los tumores sólidos más comunes. El fármaco, tazemetostat, se creó principalmente para tratar el linfoma. Pero actualmente, se está planteando un nuevo uso.
"Hemos descubierto por primera vez que el fármaco funciona realmente activando el sistema inmunitario, y no sólo inhibiendo el tumor", afirma el autor principal del estudio, el doctor Joshua Meeks, profesor asociado de urología y de bioquímica y genética molecular de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern y médico/científico de la misma.
El doctor Joshua considera junto a otros científicos que las mutaciones específicas que pueden hacer que el fármaco tenga éxito se encuentran en casi el 70% de los cánceres de vejiga. No obstante, la supervivencia del cáncer de vejiga avanzado es bastante baja, pero el tratamiento actúa por mecanismos diferentes a los de cualquier otra terapia. Esta es la primera aplicación de la terapia epigenética en el cáncer de vejiga".
El fármaco es una píldora que se tolera bien y podría añadirse a otras terapias sistémicas en el cáncer de vejiga, asegura Meeks. Ahora se está probando en un ensayo clínico nacional dirigido por investigadores de la Northwestern para pacientes con cáncer de vejiga en fase avanzada.
Los investigadores de la Northwestern demostraron que el medicamento, dirigido al gen EZH2 que es abundante en la mayoría de los tumores, puede detener el crecimiento del cáncer de vejiga. EZH2 suele estar sobreexpresado en la mayoría de los tumores sólidos y actúa "bloqueando" los tumores que crecen, explica Meeks.
Es uno de los principales genes implicados en el cáncer. A los investigadores les interesa ese gen porque las mutaciones más comunes en el cáncer de vejiga pueden hacer que EZH2 sea más activo. Cuando las células tienen mayores niveles de actividad de este gen, proliferan.
RATONES SIN CÁNCER
Cuando los científicos eliminaron EZH2 en los cánceres de vejiga en ratones, los tumores eran más pequeños y estaban llenos de células inmunitarias. Esa fue la pista que necesitaban para determinar que el sistema inmunitario podría estar suprimido por EZH2, apunta Meeks.
A continuación, administraron tazemetostat, un fármaco encargado de frenar la actividad de este gen malicioso. Lo que provocó una gran cantidad de células inmunitarias en la vejiga. Por último, cuando utilizaron ratones sin células T, descubrieron que el fármaco era ineficaz, lo que confirmaba que el sistema inmunitario era la vía principal por la que actuaba el tratamiento.
Finalmente, comprobaron que el tratamiento es una inmunoterapia eficaz en la investigación traslacional. El medicamento modifica el tumor para alimentar el sistema inmunitario, activando las células auxiliares CD4 que coordinan la respuesta inmunitaria e incorporan nuevas células T.