La salud mental de la población en general no ha cambiado en gran medida durante la pandemia de Covid-19 en comparación con los niveles anteriores a la pandemia, según un estudio publicado por 'The BMJ'. Los investigadores concluyen que los resultados no reflejan los informes sobre una crisis de salud mental generalizada, y que algunos grupos específicos, en particular las mujeres, parecen haberse visto más afectados negativamente, pero los cambios han sido mínimos o pequeños, afirman.
Muchos estudios y noticias de los medios de comunicación sugieren que la Covid-19 ha provocado un deterioro generalizado de la salud mental, pero las incoherencias en la calidad de los estudios y la mala interpretación de los datos transversales pueden haber llevado a resultados engañosos, explican.
Para abordar esto, los investigadores revisaron 137 estudios en varios idiomas que involucraron a 134 cohortes de personas de todo el mundo, que compararon la salud mental general, la ansiedad y los síntomas de depresión en las poblaciones durante la pandemia (a partir del 1 de enero de 2020) con las evaluaciones previas al covid (del 1 de enero de 2018 al 31 de diciembre de 2019). La mayoría de los estudios procedían de países de ingresos altos o medios, y alrededor del 75% de los participantes eran adultos y el 25% eran niños y adolescentes de entre 10 y 19 años.
Entre los estudios de población general, no se encontraron cambios en la salud mental general ni en los síntomas de ansiedad, pero los síntomas de depresión empeoraron mínimamente
Los estudios tenían que comunicar datos de grupos que comprendieran al menos el 90% de los mismos participantes entre los periodos prepandémico y pandémico o utilizar métodos estadísticos para tener en cuenta los datos que faltaban. La mayoría de los estudios elegibles procedían de países de renta alta o media-alta y se evaluaron minuciosamente para detectar sesgos antes de incluirlos en el análisis.
Las diferencias entre grupos se expresaron como diferencias de medias estandarizadas (DME). En general, una DME inferior a 0,2 indica un efecto mínimo, 0,2-0,5 un efecto pequeño, 0,5-0,8 un efecto moderado y 0,8 o más un efecto grande. Entre los estudios de población general, no se encontraron cambios en la salud mental general ni en los síntomas de ansiedad, pero los síntomas de depresión empeoraron mínimamente (cambio de la DME: 0,12).
Entre los grupos específicos, las mujeres o las participantes femeninas fueron el único grupo que experimentó un empeoramiento de los síntomas en todos los resultados; todos por pequeños (cambios de la DME de 0,20 a 0,22). Esto concuerda con las pruebas de que las mujeres y los miembros femeninos de la sociedad han experimentado una carga desproporcionadamente mayor de la pandemia, señalan los investigadores.
Los síntomas de depresión empeoraron de forma mínima a leve en los adultos mayores, los estudiantes universitarios y las personas que se identificaron como pertenecientes a una minoría sexual o de género, pero no en otros grupos. La salud mental general y los síntomas de ansiedad empeoraron en el caso de los padres, aunque los investigadores subrayan que estos resultados se basan en un número reducido de estudios y participantes.
No obstante, afirman que la pandemia ha afectado a la vida de muchas personas
En cambio, la salud mental general y los síntomas de depresión mejoraron en las personas con trastornos mentales preexistentes. Pero, de nuevo, los investigadores subrayan que estos resultados se basaron en sólo dos estudios y que la mejora fue insignificante (cambio de la DME 0,05). Ningún otro subgrupo experimentó cambios significativos en todos los resultados, incluidos los jóvenes.
Se trata de una revisión bien diseñada, basada en una búsqueda bibliográfica exhaustiva, pero los investigadores reconocen que las diferencias en el diseño de los estudios, el alto riesgo de sesgo en muchos de ellos y la falta de pruebas procedentes de países con rentas más bajas y de niños pueden haber influido, por lo que sugieren que se interpreten los resultados con cautela.
"En todos los grupos de población, los resultados sugieren que, más que una crisis de salud mental, a nivel poblacional ha habido un alto nivel de resiliencia durante la Covid-19, y los cambios en la salud mental general, los síntomas de ansiedad y los síntomas de depresión han sido mínimos o pequeños, sin que se hayan detectado cambios en la mayoría de los análisis", escriben. No obstante, afirman que la pandemia ha afectado a la vida de muchas personas, e instan a los gobiernos a "seguir garantizando la disponibilidad de apoyos de salud mental que respondan a las necesidades de la población".
Aunque este estudio muestra claramente que no debemos preocuparnos en exceso por la salud mental de la población en general en relación con la pandemia, las tasas de prevalencia notificadas de síntomas de salud mental, especialmente entre los adolescentes, siguen siendo preocupantemente altas, afirman investigadores de Dinamarca en un editorial vinculado.
Esta revisión no indica por qué se produjeron los deterioros, o si estos deterioros podrían haber ocurrido incluso sin la pandemia, lo que significa un problema subyacente, pero no relacionado con la Covid-19, pan-societal, escriben, por lo que consideran necesario seguir investigando para responder a estas importantes preguntas. "Pandemia o no, hay una gran necesidad de proporcionar intervenciones preventivas de salud mental para los que están en mayor riesgo de malos resultados de salud mental", concluyen.