Un estudio de Fundación ACE ha identificado cuáles son los síntomas psicológicos y conductuales que anuncian un peor pronóstico de la demencia en las primeras etapas del deterioro cognitivo leve.
En un estudio publicado en la revista 'Scientific Reports', analizan concretamente ocho síntomas, entre los cuales cabe destacar la apatía y la irritabilidad. Según los resultados, cuando uno de estos dos síntomas aparece en el deterioro cognitivo suele coincidir con un empeoramiento y conversión a demencia más rápido en comparación con los que no tienen síntomas o con quienes tienen otra sintomatología (ansiedad y depresión).
El 53,7 por ciento de las personas que mostraban irritabilidad convirtieron a demencia en 2,7 años
En datos, el 53,7 por ciento de las personas que mostraban irritabilidad (134 personas) convirtieron a demencia en 2,7 años y, de los que presentaban síntomas de apatía (272 personas), el 54,8 por ciento lo hicieron en 2,1 años.
En cambio, en el grupo asintomático (675 personas) un 39,1 por ciento convirtieron a demencia en 3,6 años de media y, finalmente, en el grupo con sintomatología de ansiedad o depresión (1.056 personas) el 37,3 por ciento convirtieron a demencia en una media de 3,3 años.
"Hasta el momento, en la fase previa a la demencia, lo que llamamos deterioro cognitivo leve, se había puesto el foco de atención en la ansiedad y la depresión como síntomas con mayor capacidad predictiva de demencia. Sin embargo, gracias a este estudio hemos visto que hay otros síntomas psicológicos y conductuales que dan pistas sobre la posible aparición temprana de una demencia. Esto puede ayudar a la comunidad médica a apoyar el diagnóstico precoz, y a plantear diferentes opciones para el tratamiento, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus cuidadores", afirma Natalia Roberto, neuropsicóloga e investigadora de Fundación ACE y autora principal del artículo.
Es un estudio que evalúa estos síntomas psicológicos y conductuales en personas cuya alteración cognitiva es todavía muy leve
La novedad de esta investigación radica en que el seguimiento médico de cada participante comenzó cuando el deterioro cognitivo estaba en fases muy tempranas. Según Fundación ACE, esto lo convierte en uno de los pocos estudios que, en contexto clínico, evalúan estos síntomas psicológicos y conductuales en personas cuya alteración cognitiva es todavía muy leve y que siguen siendo autónomos en la vida diaria.
El estudio se ha llevado a cabo gracias a la colaboración de más de 2.000 personas de entre 45 y 90 años, con una media de edad de 75 años, diagnosticadas con deterioro cognitivo leve. Todas ellas han sido diagnosticadas en la Unidad de Diagnóstico de Fundación ACE, desde donde se les ha realizado el seguimiento médico continuado.