Un nuevo análisis longitudinal de cinco meses de 254 pacientes con Covid-19 que mostraron un amplio rango de gravedad de la enfermedad (desde asintomática a enfermedad mortal), sugiere que los anticuerpos IgA e IgM del virus del SARS-CoV-2 desaparecen rápidamente durante la enfermedad.
Es probable que los anticuerpos IgG persistan durante más tiempo, pero los investigadores también documentaron una lenta disminución de esta clase de anticuerpos, incluso en pacientes gravemente enfermos que presentaron una respuesta inicial de anticuerpos muy fuerte.
Al estudiar 983 muestras de plasma recogidas hasta cinco meses después de la infección en 79 pacientes hospitalizados con Covid-19 y 175 pacientes ambulatorios y personas asintomáticas infectadas con el SARS-CoV-2, este trabajo, publicado en la revista Science Immunology, ha encontrado una proporción mayor de anticuerpos que reaccionan al complejo de proteína de pico viral (frente a los que se dirigen a la proteína nucleocápside) en pacientes con enfermedades leves en comparación con los pacientes gravemente enfermos, lo que sugiere que esta preponderancia de anticuerpos reactivos de pico puede haber ayudado a mitigar la gravedad de los síntomas.
Los autores dicen que sus hallazgos pueden plantear importantes cuestiones sobre la fiabilidad de los estudios de seroprevalencia, ya que la rápida disminución de los títulos de anticuerpos puede llevar a subestimar el número de personas que pueden haber estado infectadas anteriormente en una población determinada
Para facilitar su trabajo, los investigadores también desarrollaron un inmunoensayo que puede detectar el bloqueo satisfactorio de la interacción del dominio de unión del receptor viral con el receptor humano del ACE2 en muestras humanas, proporcionando un sustituto eficaz para la detección de anticuerpos neutralizantes.
Los autores dicen que sus hallazgos pueden plantear importantes cuestiones sobre la fiabilidad de los estudios de seroprevalencia, ya que la rápida disminución de los títulos de anticuerpos puede llevar a subestimar el número de personas que pueden haber estado infectadas anteriormente en una población determinada.
"La disminución de los anticuerpos después de la infección también plantea la cuestión de cuánto tiempo durarán los anticuerpos obtenidos por la vacunación y si será necesario un refuerzo frecuente para mantener la protección", concluyen los autores.