Investigadores de Harvard T.H. Chan School of Public Health (Estados Unidos) han llevado a cabo el primer estudio que asocia el consumo de nueces con 19 metabolitos diferentes, relacionados con una disminución del 17 por ciento del riesgo de padecer diabetes tipo 2, y con una reducción del 29 por ciento del riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
Concretamente, los investigadores han utilizado el aprendizaje automático, un subconjunto de la inteligencia artificial, para identificar con mayor precisión qué componente de las nueces podría ser responsable de reducir potencialmente el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular mediante los metabolitos creados tras la ingesta. Tal y como explican los investigadores, el organismo forma metabolitos específicos, esto es, sustancias que se crean durante el metabolismo, en función de lo que se consume.
"Adoptar un enfoque personalizado de la nutrición que conducirá a una mejor prevención y manejo de diversas afecciones de salud"
"Con tecnologías basadas en datos, podemos mejorar nuestra comprensión de la relación entre la dieta y la enfermedad, y adoptar un enfoque personalizado de la nutrición que conducirá a una mejor prevención y manejo de diversas afecciones de salud", expresa la investigadora del Departamento de Nutrición en Harvard T.H. Chan School of Public Health, la doctora Marta Guasch-Ferré.
"En este estudio revelamos la firma metabolómica única de las nueces, lo que nos acerca un paso más a comprender cómo las nueces son buenas para nuestra salud. Estas tecnologías de vanguardia están dando forma al futuro de las recomendaciones nutricionales", afirma Guasch-Ferré.
Precisamente, los investigadores examinaron datos de 1.833 participantes del estudio Prevención con Dieta Mediterránea (PREDIMED), el mayor estudio mundial hasta la fecha sobre dieta mediterránea llevado a cabo en España, y analizaron los efectos de este patrón de dieta en la prevención de enfermedades cardiovasculares en personas con alto riesgo de enfermedad cardíaca.
Los participantes tenían entre 55 y 80 años y seguían una de estas tres dietas: dieta mediterránea complementada con frutos secos mixtos (50% nueces, 25% almendras y 25% avellanas); dieta mediterránea complementada con aceite de oliva virgen extra; o dieta baja en grasas.
Así, estos hallazgos enfatizan aún más la conexión entre el consumo de nueces, como parte de una dieta saludable, y la salud cardiometabólica. Además, las nuevas herramientas utilizadas en este estudio epidemiológico ayudarán a identificar los vínculos entre la dieta y la enfermedad.
Sin embargo, según los investigadores, los resultados no prueban causa y efecto. Se necesita más investigación en otras poblaciones, ya que este estudio se centró solo en adultos mayores españoles y, además, dado que el campo de la metabolómica está evolucionando rápidamente, se necesitarán estudios futuros para identificar biomarcadores adicionales de la ingesta de nueces que no se siguieron en este estudio, así como para comprender las respuestas metabólicas individuales después de consumir nueces.