Investigadores de Kaiser Permanente Southern California (Estados Unidos) han encontrado una asociación entre el índice de masa corporal (IMC) y el riesgo de muerte entre los pacientes con un diagnóstico de COVID-19. La asociación era independiente de las comorbilidades relacionadas con la obesidad y otros factores de confusión potenciales.
Sus hallazgos, publicados en la revista 'Annals of Internal Medicine', también sugieren que un IMC alto estaba más fuertemente asociado con la mortalidad por COVID-19 en adultos jóvenes y pacientes masculinos, pero no en pacientes femeninos y adultos mayores.
Los investigadores estudiaron los registros de salud de más de 6.900 pacientes tratados por COVID-19 de febrero a mayo de 2020 para determinar la asociación entre la obesidad y la muerte por coronavirus. El riesgo de obesidad se ajustó por comorbilidades comunes, incluyendo diabetes, hipertensión, insuficiencia cardíaca, infarto de miocardio y enfermedades pulmonares o renales crónicas, que en sí mismas son factores de riesgo de malos resultados en COVID-19.
El riesgo de obesidad se ajustó por comorbilidades comunes, incluyendo diabetes, hipertensión, insuficiencia cardíaca
El estudio también tuvo en cuenta cuándo se detectó el SARS-CoV-2. Descubrieron que los pacientes del grupo de mayor peso tenían 4 veces más probabilidades de morir dentro de los 21 días siguientes al diagnóstico de COVID-19 que los del grupo de peso normal. Los hombres y los menores de 60 años que tenían un peso corporal alto tenían un riesgo particularmente alto de muerte.
Según los investigadores, la identificación de la obesidad como un factor de riesgo independiente es importante para que los pacientes con obesidad puedan tomar precauciones adicionales y los médicos y políticos puedan tenerlo en cuenta al brindar atención y tomar decisiones de salud pública.
Estos hallazgos, además de las investigaciones anteriores, deberían acabar con cualquier noción de que la obesidad es común en los casos graves de COVID-19 porque es común en la población. La investigación demuestra que la obesidad es un importante factor de riesgo independiente para la enfermedad grave de COVID-19 y que los riesgos son mayores en los pacientes más jóvenes.
Según los autores, esto probablemente no se deba a que la obesidad sea particularmente perjudicial en este grupo de edad; es más probable que otras comorbilidades graves que evolucionan más tarde en la vida tomen el relevo como factores de riesgo dominantes. El hecho de que los hombres se vean particularmente afectados puede reflejar su mayor adiposidad visceral en comparación con las mujeres.