Un pequeño dispositivo que detecta la actividad cerebral relacionada con el antojo de alimentos en una región clave del cerebro se ha mostrado prometedor en un ensayo clínico piloto en dos pacientes con trastorno por atracón con pérdida de control (BED, por sus siglas en inglés), según a los investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos).
El ensayo, publicado en la revista 'Nature Medicine', siguió a los dos pacientes durante seis meses, durante los cuales el dispositivo implantado, del tipo que normalmente se usa para tratar la epilepsia resistente a los medicamentos, monitoreó la actividad en una región del cerebro llamada núcleo accumbens.
En principio, el mismo enfoque de tratamiento podría aplicarse a otros trastornos relacionados con la pérdida de control, incluida la bulimia
BED se considera el trastorno alimentario más común en Estados Unidos y afecta al menos a unos pocos millones de personas. Presenta episodios frecuentes de atracones sin la purga de la bulimia y, por lo general, se asocia con la obesidad. El individuo que come atracones tiene la sensación de perder el control sobre la comida, por lo que continúa comiendo más allá del punto habitual de saciedad.
El dispositivo que el equipo usó para registrar señales y estimular los cerebros de los ratones está disponible comercialmente y está aprobado para tratar la epilepsia resistente a los medicamentos. Se coloca quirúrgicamente debajo del cuero cabelludo, con cables que atraviesan el cráneo hasta el núcleo en cada hemisferio del cerebro.
Los científicos han continuado el seguimiento de los sujetos durante otros seis meses y han comenzado a inscribir a nuevos pacientes para un estudio más amplio. Señalan que, en principio, el mismo enfoque de tratamiento podría aplicarse a otros trastornos relacionados con la pérdida de control, incluida la bulimia.