La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) y la Asociación de Covid persistente han alcanzado un acuerdo de colaboración cuya primera medida será la constitución de un Grupo de Trabajo bilateral para analizar los problemas en la atención a las personas con cuadro clínico de COVID persistente en Atención Primaria.
En Atención Primaria se asume que son longCOVID o COVID persistente los casos en los que los síntomas iniciales de la fase aguda persisten más allá de cuatro semanas. "Durante largo tiempo, para su correcto diagnóstico se ha arrastrado la limitación de recursos con que se abordó la primera ola de la COVID en España, pues es necesario que cuenten con una PCR o un test de antígenos positivos y, al no disponer de test en Atención Primaria durante aquel período, hubo un claro infradiagnóstico que fue frustrante para las personas que padecían este cuadro, pero también para los profesionales, faltos de evidencia y capacidad diagnóstica", señala el presidente de la semFYC, Salvador Tranche.
La Asociación Covid Persistente España surge como respuesta a la necesidad que las personas afectadas de estos cuadros tienen en su abordaje desde las consultas médicas. Se trata de un cuadro clínico nuevo y, por tanto, con un número limitado de estudios lo que supone que haya escasa evidencia científica que guíe la intervención clínica de estos pacientes.
Se trata de una enfermedad inusualmente compleja que confiere dolor y estigma inmediato y a largo plazo debido a la novedad del impacto real generado
El perfil de los pacientes de COVID persistente es "diverso y de sintomatología muy variada" que responde a determinados parámetros y patrones comunes y no comunes que dificultan el desempeño de la vida ordinaria del que lo padece, con una evolución muy dispar entre los enfermos que les aboca a la incertidumbre inmediata así como futura, pues se trata de una enfermedad inusualmente compleja que confiere dolor y estigma inmediato y a largo plazo debido a la novedad del impacto real generado.
Una de las dificultades a las que se hace frente desde Atención Primaria es la complejidad que supone determinar qué es COVID persistente y qué no lo es. En este sentido se ha aceptado que bajo el epígrafe de COVID persistente no se incluyan patologías previas a la enfermedad que hayan empeorado después de pasarlo; y tampoco los síntomas que han aparecido de manera posterior como secuelas por lesión órgano específica por parte del SARS-CoV2.
Uno de los principales problemas a los que se hace frente en el abordaje clínico tiene que ver con que la epidemiología varía mucho a pesar de que se sabe que es multifactorial y depende de la predisposición genética, la carga viral persistente, la respuesta inflamatoria y la presentación durante la fase aguda.
"Quienes presentan estos síntomas se encuentran con "dificultad para volver al trabajo y/o a su vida normal"
Entre los síntomas más frecuentes se encuentran la fatiga, el dolor torácico descrito como quemazón, el dolor articular y muscular, disnea, falta de olor y gusto, alteraciones digestivas como diarrea y vómito, dificultad para concentrarse y pérdida de cabello. Quienes presentan estos síntomas se encuentran con "dificultad para volver al trabajo y/o a su vida normal. Por lo que se les debe tratar con un abordaje multidisciplinario, que se pueda diagnosticar, acompañar y tratar desde Atención Primaria", señala Tranche.
Desde un punto de vista clínico, pero también de gestión del SNS y la población asignada a cada médico, uno de los asuntos más complejos relacionados con los cuadros de COVID persistente es que se desconoce si van a agravarse en el tiempo, si van a atenuarse o si se van a cronificar.