La Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, por sus siglas en inglés) ha creado una nueva herramienta, basada en evidencia científica, para la investigación e interpretación de datos en la 'desescalada' de tratamientos oncológicos. Este marco de referencia, publicado en la revista 'Annals of Oncology', ofrecerá a los profesionales de la oncología, investigadores y decisores políticos, una serie de criterios para avanzar en este aspecto, de gran importancia en la personalización de tratamientos.
Así, tomando como referencia la primera estrategia de este tipo que se utilizó en niños con leucemia linfoblástica aguda basándose en la respuesta a la terapia inicial, el modelo que se propone desde ESMO, toma como referencia biomarcadores predictivos o de pronóstico para estratificar a los pacientes en función del riesgo. Una vez realizado este análisis, se propone en cada caso un sistema de desescalada del tratamiento.
"Los ensayos aleatorios controlados de no inferioridad son la norma de oro cuando se trata de probar tratamientos de desintensificación, pero su realización requiere muchos años, tamaños de muestra muy grandes y grandes inversiones financieras. Este marco pretende ayudar a los investigadores a adecuar mejor el diseño de los ensayos al tipo de biomarcador y a la situación clínica que quieren abordar, así como definir las condiciones necesarias para que los resultados se consideren válidos a diferentes niveles de evidencia", ha dicho el autor principal del trabajo, Fabrice André.
Este estudio ofrecerá a los profesionales de la oncología, investigadores y decisores políticos, una serie de criterios para avanzar en este aspecto, de gran importancia en la personalización de tratamientos
Entre otras cosas, el grupo acordó unos criterios de valoración sustitutos convenientes para la supervivencia global que son aceptables dentro del marco. Además de la supervivencia, también se consideró que la seguridad y la calidad de vida son criterios de valoración cruciales para los estudios de desescalada y, según André, se han comunicado demasiado poco en el pasado.
"No debemos asumir que lograr una eficacia equivalente con menos tratamiento es intrínsecamente mejor: cuantificar la mejora en términos de calidad de vida, disminución de la toxicidad o rentabilidad es crucial para confirmar que el riesgo residual de incurrir en una pequeña pérdida de supervivencia (que es inherente a los intervalos de confianza utilizados para mostrar la no inferioridad) se compensa con un beneficio importante", ha explicado el doctor.
Otra recomendación se refiere a la necesidad de comunicar eficazmente esta compensación a los pacientes, que han expresado su reticencia a participar en la investigación sobre la desescalada por temor a ser infratratados. "Los defensores de los pacientes informan de que el término 'desescalado' se percibe comúnmente como algo inferior, por lo que nuestro marco propone 'modulado' o 'adaptado' como fraseo alternativo. Debemos dejar claro a los pacientes, especialmente cuando las pruebas de la desintensificación son sólidas, que sus resultados no se ven comprometidos para evitar los efectos secundarios. Más bien, la biología particular de su tumor hace que sea muy poco probable que se beneficien de un tratamiento adicional, hasta el punto de que exponerlos a sus toxicidades no sería razonable", han zanjado los expertos.