Las demencias son la gran pandemia del siglo XXI. Según datos del Instituto Nacional de Estadística recogido por la sociedad Española de Neurología (SEN), se estima que hay entre 500.000 y 600.000 casos, que se estima que se duplicará hasta el millón de pacientes en 2050. Sin embargo, según datos de la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA) hay 1.200.000 de personas afectadas por Alzheimer u otra demencia actualmente en el país.
Para mejorar la detección precoz y frenar el avance de la degeneración progresiva de estas enfermedades neurológicas sin cura, un equipo de investigación de la Universidad de Granada (UGR) ha relacionado el desarrollo de la demencia con el empeoramiento de la regulación cardiovascular, propia del envejecimiento de las personas, y que está formada por todos los acontecimientos que permiten que el organismo suministre un flujo sanguíneo correcto a los órganos del cuerpo, también al cerebro.
Gracias a una serie de test cognitivos, los investigadores han descubierto que las personas con peores resultados en dichas pruebas cognitivas tienen también dificultades para mantener una correcta regulación cardiovascular, "lo que podría ser la antesala de una futura demencia", ha explicado en una nota de la UGR el profesor del Departamento de Fisiología en la Facultad de Ciencias de la Salud de Ceuta Juan José Ramos Rodríguez, investigador principal de este estudio, en el que también trabaja la estudiante del grado en Enfermería Himan Mohamed Mohamed.
"Parece ser que esta hipotensión cerebral funcionaría como factor de riesgo para sufrir posteriormente una demencia", ha detallado Juan José Ramos Rodríguez
El trabajo, en consonancia con estudios previos, ha determinado que en las personas de mayor edad se produce la hipotensión ortostática, es decir, "cuando hay un cambio de postura brusco, por ejemplo al levantarse, no se produce un aporte sanguíneo correcto al cerebro, lo que puede originar pequeños mareos y pérdidas de conciencia que son más habituales conforme avanza el envejecimiento".
"Parece ser que esta hipotensión cerebral funcionaría como factor de riesgo para sufrir posteriormente una demencia", ha detallado Juan José Ramos Rodríguez. Detrás del empeoramiento de la regulación cardiovascular puede haber factores como la obesidad o algunas enfermedades metabólicas, según la investigación.
En el futuro, el equipo de la UGR estudiará la posible relación entre el deterioro de la regulación cardiovascular de las personas y el surgimiento de la enfermedad de Alzheimer.