Análisis recientes indican que las embarazadas y los recién nacidos pueden correr un riesgo elevado de desarrollar casos más graves de COVID-19 después de una infección por SARS-CoV-2. Una nueva investigación dirigida por investigadores del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos) y publicada en la revista 'Cell' revela una transferencia menor de la esperada de anticuerpos protectores contra el SARS-CoV-2 a través de la placenta de las madres infectadas en el tercer trimestre. La causa puede ser alteraciones en estos anticuerpos después de que se producen, un proceso llamado glicosilación.
Los resultados amplían los recientes hallazgos del equipo publicados en 'JAMA Network Open' de que las mujeres embarazadas con COVID-19 no transmiten a los recién nacidos el virus del SARS-CoV-2, sino también niveles relativamente bajos de anticuerpos contra él. Para este último estudio, los científicos compararon los anticuerpos maternos contra la gripe (influenza), la tos ferina (tos convulsiva) y el SARS-CoV-2, y cómo estos anticuerpos se transfirieron a través de la placenta. Los anticuerpos específicos de la gripe y la tos ferina se transfirieron activamente de manera relativamente normal.
Los anticuerpos transferidos fueron menos funcionales que los anticuerpos contra la gripe
Por el contrario, la transferencia de anticuerpos específicos del SARS-CoV-2 al bebé no solo se redujo significativamente, sino que los anticuerpos transferidos fueron menos funcionales que los anticuerpos contra la gripe. La reducción de la transferencia solo se observó en la infección del tercer trimestre.
Los científicos descubrieron que la alteración de la unión de los carbohidratos a los anticuerpos específicos del SARS-CoV-2, un proceso llamado glicosilación, puede ser la causa de esta reducción de la transferencia de la madre al feto en el tercer trimestre. La unión de los carbohidratos a los anticuerpos específicos del SARS-CoV-2 en la sangre materna fue diferente a la observada en los anticuerpos específicos de la influenza y la tos ferina. Este patrón de carbohidratos puede causar que los anticuerpos específicos de COVID se "peguen" en la circulación materna, en lugar de transferirse a través de la placenta por medio de los receptores de anticuerpos de la placenta.
El aumento de los anticuerpos maternos totales inducido por la infección, así como la mayor expresión en la placenta de un receptor de anticuerpos que atrae el patrón de carbohidratos en los anticuerpos específicos del SARS-CoV-2, ayudaron a superar parcialmente el problema y a facilitar la transferencia de algunos anticuerpos funcionales de la madre al feto. Curiosamente, algunos de los anticuerpos que se transfirieron mejor fueron también los más funcionales, activando las células asesinas naturales que podrían ayudar al recién nacido a combatir el virus si se expusiera.
Los hallazgos tienen implicaciones para el diseño de vacunas contra el SARS-CoV-2 para mujeres embarazadas. "Los regímenes de vacunas capaces de impulsar altos niveles de anticuerpos específicos contra el COVID con patrones de glicosilación favorecidos por la placenta para su transferencia selectiva al feto pueden conducir a una mejor protección neonatal e infantil", explica la coautora principal, Andrea Edlow.