La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), a través del Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano (SEFV-H), recibió el año pasado un total de 81.447 notificaciones de sospechas de reacciones adversas a medicamentos, de las cuales el 67,7% correspondieron a acontecimientos adversos ocurridos tras la administración de alguna de las vacunas frente a la COVID-19.
En concreto, el SEFV-H está integrado por los Centros Autonómicos de Farmacovigilancia y coordinado por la División de Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia de la AEMPS, y su objetivo principal es promover la notificación de sospechas de reacciones adversas a medicamentos entre los profesionales sanitarios y la ciudadanía.
El análisis de todos estos datos permite identificar potenciales nuevos riesgos asociados a los medicamentos, que deben investigarse en detalle por las agencias reguladoras. En este sentido, el informe de actividad recoge un resumen sobre las características de las sospechas de reacciones adversas recibidas en el año 2021.
El 74,7% fueron notificados directamente al SEFV-H, la mayor parte por profesionales sanitarios, 46% por profesionales médicos y el 16% por profesionales de enfermería. Las notificaciones procedentes de la ciudadanía supusieron un 25% de los casos
En dicho año se han registrado un total de 81.447 notificaciones de sospechas de reacciones adversas a medicamentos o de acontecimientos adversos tras recibir una vacuna, lo que ha supuesto un incremento del 161% respecto al año anterior. El 74,7% fueron notificados directamente al SEFV-H, la mayor parte por profesionales sanitarios, 46% por profesionales médicos y el 16% por profesionales de enfermería. Las notificaciones procedentes de la ciudadanía supusieron un 25% de los casos.
La tasa de notificación global en 2021 se estima en 128 casos por cada 100.000 habitantes. En cuanto a la naturaleza de las sospechas de reacciones adversas notificadas durante el 2021, los trastornos generales, del sistema nervioso y del sistema músculo-esquelético fueron los más frecuentes. Asimismo, el 29% de las notificaciones recibidas por los centros autonómicos de farmacovigilancia contenían sospechas de reacciones adversas no conocidas hasta la fecha.