Según un estudio de la Asociación Internacional para el estudio del dolor (IASP), una de cada cinco personas en el mundo sufre dolor moderado o severo, de las que una de cada tres es incapacitante y limitante para una forma de vida independiente y autónoma. En España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), un 32% de la población adulta padece algún tipo de dolor y un 11% que lo padece de manera crónica, es decir, sufre al menos un cuadro de dolor que dura más de seis meses.
En muchos casos el abordaje del dolor es complejo, y no se consigue atajar el sufrimiento que supone para el paciente convivir con él. En este punto, un nuevo estudio que explora el uso de la escucha de música para aliviar el dolor agudo ha descubierto que las personas a las que se les dio la impresión de que tenían control sobre la música que escuchaban experimentaron más alivio del dolor que las personas a las que no se les dio dicho control.
La doctora Claire Howlin, de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido), y sus colegas del University College de Dublín (Irlanda), que presentan sus resultados en la revista de acceso abierto 'PLOS ONE', explican que escuchar música puede servir para aliviar el dolor, especialmente el crónico, es decir, el que dura más de 12 semanas, pero los mecanismos subyacentes de estos beneficios no están claros, especialmente para el dolor agudo, es decir, el dolor que dura menos de 12 semanas.
Las características musicales básicas, como el tempo o la energía, parecen ser menos importantes para el alivio del dolor; en cambio, sentirse capaz de tomar decisiones sobre la música puede ser clave para el alivio del dolor. Sin embargo, los trabajos anteriores se han centrado en gran medida en los resultados de muestras de laboratorio que no exploraban el dolor agudo preexistente en el mundo real.
Estos resultados sugieren que la elección y el compromiso con la música son importantes para optimizar su potencial de alivio del dolor
Los participantes fueron asignados al azar para escuchar la versión de baja o alta complejidad, y algunos fueron seleccionados al azar para que tuvieran la impresión de que tenían cierto control sobre las cualidades musicales de la pista, aunque escucharon la misma pista independientemente de su elección. Los investigadores descubrieron que los participantes que sentían que tenían control sobre la música experimentaban un mayor alivio en la intensidad de su dolor que los participantes a los que no se les daba esa impresión.
En los cuestionarios, los participantes declararon haber disfrutado de ambas versiones de la pista, pero no se encontró ninguna relación entre la complejidad de la música y la cantidad de alivio del dolor. Además, los participantes que se comprometen más activamente con la música en su vida diaria experimentaron incluso mayores beneficios de alivio del dolor al tener una sensación de control sobre la pista utilizada en este estudio.
Estos resultados sugieren que la elección y el compromiso con la música son importantes para optimizar su potencial de alivio del dolor. En futuras investigaciones se podría estudiar la relación entre la elección de la música y el compromiso posterior, así como las estrategias para potenciar el compromiso y mejorar el alivio del dolor. "Ahora sabemos que el acto de elegir la música es una parte importante de los beneficios para el bienestar que se obtienen al escuchar música", subrayan los investigadores. Es probable que la gente escuche más atentamente o con más cuidado cuando elige la música por sí misma".