La dieta mediterránea, centrada en frutas, verduras y legumbres, ha sido aplaudida desde hace tiempo por sus múltiples beneficios para la salud. Ahora, una nueva investigación ha demostrado que también puede ayudar a superar la infertilidad, lo que la convierte en una estrategia no intrusiva y asequible para las parejas que intentan quedarse embarazados.
El estudio, llevado a cabo por la Universidad de Monash, la Universidad de Sunshine Coast y la Universidad del Sur de Australia, reveló que la dieta mediterránea puede mejorar la fertilidad, el éxito de la tecnología de reproducción asistida (TRA) y la calidad del esperma en los hombres.
En concreto, los investigadores determinaron que las propiedades antiinflamatorias de una dieta mediterránea pueden mejorar las posibilidades de concepción de las parejas. La infertilidad es un problema de salud mundial que afecta a 48 millones de parejas y 186 millones de personas en todo el mundo.
"La dieta mediterránea figura sistemáticamente entre las más saludables del mundo"
La doctora Evangeline Mantzioris, investigadora de la Universidad del Sur de Australia, afirma que modificar la alimentación antes de la concepción es un medio no invasivo y potencialmente eficaz para mejorar los resultados de fertilidad.
"Decidir tener un hijo es una de las decisiones más importantes de la vida, pero si las cosas no salen según lo previsto, puede ser muy estresante para ambos miembros de la pareja. Las investigaciones demuestran que la inflamación puede afectar a la fertilidad tanto de hombres como de mujeres, afectando a la calidad del esperma, los ciclos menstruales y la implantación. Por eso, en este estudio queríamos ver cómo una dieta que redujera la inflamación -como la dieta mediterránea- podría mejorar los resultados de fertilidad", ha comentado Mantzioris.
La dieta mediterránea es principalmente vegetal e incluye cereales integrales, aceite de oliva virgen extra, frutas, verduras, alubias y legumbres, frutos secos, hierbas y especias. El yogur, el queso y las fuentes de proteínas magras como el pescado, el pollo o los huevos; las carnes rojas y procesadas sólo se comen en pequeñas cantidades.
"Decidir tener un hijo es una de las decisiones más importantes de la vida, pero si las cosas no salen según lo previsto, puede ser muy estresante para ambos miembros de la pareja"
En comparación, la dieta occidental se compone de un exceso de grasas saturadas, hidratos de carbono refinados y proteínas animales, por lo que es muy energética y carece de fibra, vitaminas y minerales. Por lo general, la dieta occidental se asocia a niveles más altos de inflamación.
Simon Alesi, investigador de la Universidad de Monash, afirma que comprender la relación entre las dietas antiinflamatorias, como la mediterránea, y la fertilidad podría cambiar las reglas del juego para las parejas que desean formar una familia.
"La dieta mediterránea figura sistemáticamente entre las más saludables del mundo. Pero saber que también puede aumentar las posibilidades de concebir y tener un bebé es muy prometedor. Modificar la dieta es una estrategia no intrusiva y asequible que podría mejorar la infertilidad. Por supuesto, hay que investigar más, pero como mínimo, cambiar a una dieta mediterránea no sólo mejorará su salud en general, sino también sus posibilidades de concebir", ha remachado Alesi.