Un estudio piloto multidisciplinar y colaborativo liderado por la doctora Elena Vecino, catedrática de Biología Celular y directora del grupo de investigación GOBE de la UPV/EHU, ha detectado potenciales biomarcadores de diagnóstico del párkinson en lágrima. Se ha ampliado el estudio a más pacientes e incorporado más agentes con el objetivo de desarrollar un test de detección temprana de la enfermedad con los biomarcadores que sean caracterizados en el estudio, según ha informado la universidad vasca.
La enfermedad de Parkinson, cuyo día mundial se conmemora este lunes, es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después de la enfermedad de Alzheimer. Uno de los principales retos en el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas es encontrar marcadores clínicos que permitan la clasificación temprana de los pacientes y ayuden a monitorizar la progresión de la enfermedad.
Actualmente una de las pruebas de detección de marcadores de párkinson se realiza mediante punción lumbar y extracción de líquido cefalorraquídeo, pero este estudio intenta detectarlo por otra vía "menos invasiva".
"La novedad de este estudio estriba en el análisis individualizado, porque vamos hacia la personalización de la detección de las enfermedades"
El grupo de investigación ha analizado la lágrima individualizada de los pacientes con el fin de detectar biomarcadores tempranos de la enfermedad. Según ha apuntado la universidad, se trata de un estudio pionero en la detección en cantidades muy pequeñas (unos 5 microlitros).
En el análisis se ha comparado la lágrima de 27 "personas control" y 27 pacientes con párkinson en distintos estadios de la enfermedad. Los resultados, publicados en la revista Proteomes, han mostrado una alteración en una serie de proteínas implicadas en la función de los lisosomas, orgánulos celulares encargados de la degradación de sustancias en el interior de la célula, han destacado sus responsables.
En opinión de la doctora, "la novedad de este estudio estriba en el análisis individualizado, porque vamos hacia la personalización de la detección de las enfermedades". No obstante, ha precisado que todavía queda mucho por hacer. "Ahora tenemos que mirar por qué sucede la citada sobreexpresión, por qué las neuronas de los pacientes bloquean el mecanismo de los lisosomas. Pero eso lo tenemos que demostrar con más pacientes".
La investigadora, en todo caso, se ha mostrado "optimista". "Hemos sido los primeros en detectar en una lágrima todas las proteínas que hay y queremos llegar a poder detectar precozmente la patología", ha apuntado. Asimismo, ha planteado que, "si esta metodología funciona, el siguiente paso sería poderla aplicar a enfermedad de Alzheimer y a otras neurodegenerativas".