Un equipo del Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado una investigación en la que se analiza el genoma de citomegalovirus (CMV) en la que han identificado proteínas en la membrana del virus que podrían ayudar al desarrollo de prototipos de vacuna contra esta infección.
Citomegalovirus pertenece a la familia de los herpesvirus. Normalmente, en personas sanas, causa infecciones de carácter leve, con síntomas como fatiga, fiebre o dolor de garganta, o incluso asintomáticas, pero que pueden ser graves en personas inmunodeprimidas, mujeres embarazadas y bebés. La infección por CMV no tiene cura, ni hay vacuna que lo prevenga o trate, pero sí hay fármacos que ayudan a paliar los síntomas.
Por ejemplo, existen antivirales que son bastante efectivos pero que producen efectos adversos, como la selección de cepas de virus resistentes y elevada toxicidad, y además son económicamente costosos. Una alternativa que está actualmente en desarrollo es el uso terapéutico de anticuerpos neutralizantes dirigidos a las glicoproteínas implicadas en la entrada del virus al organismo infectado. Sin embargo, hasta la fecha, sólo ha logrado una protección parcial contra la infección.
Esto puede ser debido a que muchas de las proteínas codificadas por el genoma de CMV son desconocidas y es posible que existan otras proteínas implicadas en la entrada que no se bloquean con estos anticuerpos.
En personas sanas, causa infecciones de carácter leve, con síntomas como fatiga, fiebre o dolor de garganta, o incluso asintomáticas, pero que pueden ser graves en personas inmunodeprimidas, mujeres embarazadas y bebés
La investigación, que acaba de publicarse en la revista International Journal of Molecular Sciences, se ha dirigido a analizar el genoma de varias cepas de CMV, con el objetivo de conocer mejor los mecanismos que utiliza el virus en la infección durante la entrada en la célula. Con estos resultados se pretende identificar proteínas del virus implicadas en la entrada celular y que puedan utilizarse para mejorar el desarrollo de posibles vacunas utilizando estos antígenos virales (los antígenos son las sustancias que se incluyen en las vacunas para provocar la generación de anticuerpos y la respuesta defensiva contra la infección).
Los investigadores, liderados por Pilar Pérez Romero, explican que una vacuna ideal contra CMV debería provocar una amplia respuesta inmunitaria dirigida contra múltiples antígenos virales, entre los que deberían incluirse las proteínas que intervienen en la entrada del virus en las células. El equipo del CNM han logrado identificar 77 proteínas, gracias a un análisis de las secuencias genómicas, con ciertas características (dominios transmembrana) que las hacen buenas candidatas a ser incluidas en una potencial vacuna.
De estas 77 proteínas, 39 se hallaron en las 9 cepas de CMV utilizadas en la investigación, con secuencias altamente conservadas. Además, 17 de las proteínas identificadas, como UL10, UL139 o US33A, no tienen ninguna función atribuida en la actualidad y podrían ser buenas candidatas para continuar las investigaciones.