Una investigación de distintos centros, en la que ha participado el Hospital de Sant Pau de Barcelona, ha desarrollado una analítica de sangre que permite diagnosticar el alzhéimer con una precisión de entre el 90 y el 95%.
Los resultados, publicados en la revista 'Jama Neurology', "abren la puerta a diagnosticar el Alzheimer con una prueba de sangre", ya que hasta hace unos años la única posibilidad de detectar esta enfermedad era con un estudio 'post mortem' de muestras del cerebro, ha informado el hospital en un comunicado de este martes.
Los resultados muestran que el biomarcador p-tau217 ofrece una precisión comparable a los biomarcadores en el líquido cefalorraquídeo y demostró ser "particularmente efectiva" en la detección de cambios longitudinales
Los investigadores analizaron datos de tres cohortes: la Translational Biomarkers in Aging and Dementia (Triad) de Canadá; la Wisconsin Registry for Alzheimer's Prevention (Wrap) de Estados Unidos; y la Sant Pau Initiative on Neurodegeneration (Spin) de Barcelona.
El estudio involucró muestras de un total de 786 participantes con una media de edad 66,3 años que se analizaron en Suecia, y el responsable de la plataforma de biomarcadores de la Unidad de Memoria del Hospital de Sant Pau, Daniel Alcolea, ha afirmado que este biomarcador tiene una precisión de entre el 90 y el 95% y que es el que "ha dado mejores resultados".
BIOMARCADORES DE DETECCIÓN
Los resultados muestran que el biomarcador p-tau217 ofrece una precisión comparable a los biomarcadores en el líquido cefalorraquídeo y demostró ser "particularmente efectiva" en la detección de cambios longitudinales, incluso en etapas preclínicas de la enfermedad.
Así, se pudo confirmar la capacidad de esta técnica para diferenciar entre los grupos de participantes con o sin anomalías detectadas por resonancia magnética, tomografía por emisión de positrones (PET) o líquido cefalorraquídeo.
También se ha destacado la capacidad de esta técnica de reducir "significativamente" la necesidad de confirmaciones adicionales, disminuyendo en un 80% la cantidad de pruebas requeridas para confirmar el diagnóstico de la enfermedad.