Una investigación del Hospital del Mar y de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona ha demostrado que las vacunas basadas en el ARN mensajero se pueden transportar en un vehículo hasta tres horas ya preparadas en las jeringas para su administración.
El trabajo, publicado en 'Clinical Microbiology and Infection', ha sometido a pruebas de estrés a jeringas preparadas para la administración de vacunas de Pfizer BioNTech y Moderna, y ha demostrado que el vector que usan, el ARN mensajero, se mantiene íntegro a pesar del movimiento. Incluso en un transporte con unas precauciones mínimas, a temperatura ambiente y movimientos similares a los de una carretera normal durante un mínimo de tres horas.
Como trasladan los investigadores en un comunicado, este hecho puede facilitar las estrategias de vacunación masiva, principalmente en zonas rurales y menos desarrolladas. Permitirá reparar las dosis en un centro de referencia para transportarlas a los puntos de vacunación más remotos y con menos infraestructura sanitaria.
Para el estudio se utilizaron viales devueltos al Servicio de Farmacia que no se podían administrar al haber perdido la trazabilidad microbiológica. Según los protocolos actuales, las vacunas basadas en ARN mensajero se tienen que descartar seis horas después de la retirada de la primera dosis del vial a temperaturas entre 2 y 25 grados.
Las vacunas se dividieron en tres grupos: uno se dejó sin movimiento, a temperatura ambiente de 21 grados, durante tres horas; un segundo, también a temperatura ambiente y durante el mismo tiempo, sometiéndola a movimiento suave similar al de un transporte por carretera, y un tercero, en las mismas condiciones ambientales, a un movimiento de agitación masiva intermitentes, y los resultados se compararon a un grupo de vacunas acabadas de descongelar.
"Es impresionante la alta estabilidad del ARN mensajero en las dos vacunas contra la Covid-19 analizadas"
El director del Área del Medicamento del Hospital del Mar, Santi Grau, ha señalado que los resultados demostraron que el vector principal de las dos vacunas, el ARN mensajero, "prácticamente no mostraba degradación bajo ninguna condición". "Los datos son concluyentes y muy claros. Es impresionante la alta estabilidad del ARN mensajero en las dos vacunas contra la Covid-19 analizadas", ha subrayado la investigadora de la UPF Elena Martín-García.
El autor del estudio y coordinador del Grupo de Investigación en Neurofarmacología-Neurophar de la UPF, Rafael Maldonado, ha remarcado que la degradación del ARN mensajero "era ínfima, de menos del 1%, ya fuese la muestra fresca o sometida a movimiento. En el caso de las muestras sometidas a agitación, la degradación era más elevada, pero no excesiva, de alrededor del 5%".
El trabajo nació de la experiencia del Hospital del Mar en la distribución de las vacunas que se inyectaban a los profesionales sanitarios al inicio de la campaña de vacunación, momento en el que pidieron a la Conselleria de Salud de la Generalitat poder prepararlas en cámaras de flujo laminar horizontal en el Servicio de Farmacia, con la condición de no trasladar las jeringas fuera de los puntos de vacunación del centro.
La investigación apunta a un cambio en la estrategia de manejo de las vacunas que puede facilitar llegar a toda la población: "Nuestros datos pueden permitir potenciar las campañas de vacunación masivas, a zonas rurales o países con redes de transporte e infraestructuras sanitarias precarias, preparando las dosis en centros de referencia y trasladándolas por carretera a zonas rurales o remotas, limitando la posibilidad de error en la preparación en los puntos de vacunación", ha sostenido Grau.