Un equipo de investigadores de la Universidad de Ritsumeikan, Japón, ha observado que los esguinces laterales de tobillo afectan también a la microbiota intestinal, de modos que los microorganismos que viven en el tracto digestivo, cambian en respuesta a una lesión cerebral o patologías del sistema nervioso.
Los esguinces laterales de tobillo (LAS), que ocurren cuando los ligamentos en la parte exterior del tobillo se estiran más allá de sus límites, se encuentran entre las lesiones más comunes en una amplia variedad de deportes y actividades de la vida diaria.
Desafortunadamente, la mayoría de las personas tienden a minimizar la gravedad de un esguinces laterales de tobillo y lo descartan como un problema menor, uno que no requiere ningún tratamiento médico. Las consecuencias de este descuido pueden ser dolor de tobillo duradero, debilidad y discapacidad de la que algunos nunca se recuperan por completo.
Sin embargo, esguinces laterales de tobillo pueden afectar mucho más que solo el tobillo. Los estudios han demostrado que, después de un esguinces laterales de tobillo, las personas sufren diversas deficiencias sensoriales, perceptivas y motoras del comportamiento. Desde problemas en el envío de señales del cerebro a las extremidades inferiores hasta cambios en la estructura del cerebelo (la parte del cerebro involucrada en el control motor), cada vez es más evidente que uno de estos esguinces tiene consecuencias globales en la salud de una persona.
En el estudio, dirigido por el doctor Masafumi Terada y publicado en 'Research in Sports Medicine', los investigadores reclutaron a participantes masculinos de equipos atléticos universitarios. Seleccionaron 32 deportistas con antecedentes de esguinces para el grupo de casos y 18 deportistas sin antecedentes de LAS ni otras lesiones musculoesqueléticas, como grupo de control. Después de recibir muestras fecales de los participantes, los investigadores utilizaron ensayos de extracción de ADN para analizar la composición de la microbiota intestinal.
El equipo prevé que, en el futuro, el microbioma intestinal se incorporará como un elemento de gestión personalizada en la lesión musculoesquelética
Descubrieron que los atletas con antecedentes de LAS tenían menos biodiversidad en su microbiota intestinal en comparación con la del grupo de control. Si bien se desconocen los mecanismos subyacentes precisos detrás de estas alteraciones de la microbiota, los investigadores especulan que podrían estar estrechamente relacionados con los efectos neuronales de LAS, el aumento del estrés psicológico y/o con una posible vía de "comunicación" entre la microbiota intestinal y las articulaciones, que podría provocar la proliferación selectiva de ciertas bacterias que favorecen la inflamación.
Sin embargo, una cosa es cierta: esguince constituye una condición neuromecánica que afecta múltiples sistemas del cuerpo y tiene un efecto en la salud global. Por lo tanto, es esencial que recopilemos más evidencia sobre cuán graves y de largo alcance pueden ser las consecuencias de los esguinces para que se puedan mejorar los tratamientos.
"Considerar la microbiota intestinal como un elemento importante de la salud en LAS es una idea innovadora con importantes consecuencias científicas, médicas y socioeconómicas. Las asociaciones entre LAS y la microbiota intestinal constituirían un importante paso adelante en el desarrollo de estrategias destinadas a prevenir consecuencias negativas a largo plazo", añade el doctor Terada.
El equipo prevé que, en el futuro, el microbioma intestinal se incorporará como un elemento de gestión personalizada en la lesión musculoesquelética. Por ejemplo, la abundancia de Bacteroides Fragilis y Ruminococcus Gnavus (bacterias que producen compuestos proinflamatorios) podría usarse como biomarcador para identificar pacientes con LAS con una recuperación incompleta de la lesión.
"Nuestro estudio proporciona un área enfocada para futuras investigaciones para examinar las cualidades predictivas y diagnósticas de la diversidad de la microbiota intestinal en LAS y determinar si la evaluación de la riqueza de la microbiota intestinal puede mejorar la atención médica actual", explica el doctor Terada.