Un estudio de la Clínica Universitaria de Psiquiatría y Psicoterapia de la Ruhr-Universität Bochum (Alemania) ha demostrado el doble efecto beneficioso de la actividad física en la depresión: no solo reduce los síntomas depresivos, sino que también aumenta la capacidad de cambio del cerebro, necesaria para los procesos de adaptación y aprendizaje.
"Los resultados muestran la importancia de cosas aparentemente sencillas como la actividad física en el tratamiento y la prevención de enfermedades como la depresión", afirma la doctora Karin Rosenkranz, directora del estudio, que se ha publicado en la revista Frontiers in Psychiatry.
Las personas con depresión suelen ser retraídas y físicamente inactivas. Para investigar el efecto de la actividad física, el grupo de trabajo de Karin Rosenkranz reclutó para el estudio a 41 personas que estaban en tratamiento en el hospital. Los participantes fueron asignados a uno de los dos grupos, uno de los cuales completó un programa de ejercicios de tres semanas.
El programa era variado, contenía elementos de diversión y no adoptaba la forma de una competición o prueba, sino que exigía el trabajo en equipo de los participantes. "Esto fomentó específicamente la motivación y la unión social, a la vez que rompía el miedo a los retos y a las experiencias negativas con la actividad física, como las clases de educación física en la escuela", explica Rosenkranz. El otro grupo participó en un programa de control sin actividad física.
La actividad física mejora la capacidad de cambio en el cerebro de pacientes con depresión
El equipo del estudio comprobó la gravedad de los síntomas depresivos, como la pérdida de impulso e interés, la falta de motivación y los sentimientos negativos, antes y después del programa. También se midió la capacidad de cambio del cerebro, conocida comoneuroplasticidad. Se puede determinar externamente con la ayuda de la estimulación magnética transcraneal. "La capacidad de cambio es importante para todos los procesos de aprendizaje y adaptación del cerebro", detalla la investigadora.
Los resultados muestran que la capacidad de cambio del cerebro es menor en las personas con depresión que en las personas sanas. Tras el programa con actividad física, esta capacidad de cambio aumentó significativamente y alcanzó los mismos valores que las personas sanas. Al mismo tiempo, los síntomas depresivos disminuyeron en el grupo.
"Cuanto más aumentaba la capacidad de cambio, más claramente disminuían los síntomas clínicos", resume Rosenkranz. Estos cambios no fueron tan pronunciados en el grupo que participó en el programa de control.
"Esto demuestra que la actividad física tiene un efecto sobre los síntomas y la capacidad de cambio del cerebro. No podemos decir hasta qué punto el cambio de los síntomas y la capacidad de cambio del cerebro están relacionados causalmente en base a estos datos. Se sabe que la actividad física hace bien al cerebro, ya que, por ejemplo, promueve la formación de conexiones neuronales. Sin duda, esto también podría desempeñar un papel en este caso", dice la doctora.