En estas páginas hemos contado diversos problemas que tienen los futbolistas, como que casi un tercio tienen riesgo de sufrir artrosis o que es uno de los deportes donde más se produce la muerte súbita. Ahora también se ha realizado un estudio sobre las lesiones musculares en el deporte rey.
La unión de fatiga física durante la semana anterior a un encuentro de fútbol y un periodo de mucha intensidad durante este son factores desencadenantes de la lesión muscular, según ha sugerido un estudio publicado recientemente en el 'International Journal of Sports Medicine' y que recoge la Agencia SINC.
La investigación, que ha estado liderada por el investigador de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Juan Del Coso, muestra cómo afecta la carga de los entrenamientos y partidos en los problemas musculares de los deportistas profesionales de fútbol. En concreto, ha analizado a 40 jugadores de la LaLiga Santander para entender qué factores pueden asociarse a un daño de este tipo.
"Las lesiones tienen un claro impacto deportivo, pero también generan un efecto económico. Se estima que por cada jugador lesionado durante un mes un club de fútbol profesional podría tener una pérdida de unos 500.000 euros", ha explicado el autor.
Los científicos han medido la carga física y la sensación de fatiga en la semana antes de que se produzca la lesión muscular y lo han comparado con otros periodos. Igualmente, han evaluado cuánto corre el jugador en los 5 y 15 minutos previos al daño y lo han comparado a lo que corre habitualmente en esas franjas de tiempo en otros partidos.
Así, se ha demostrado que, siete días antes de una lesión, la carga física es más elevada y los deportistas sienten un mayor cansancio acumulado. "En el partido en el que se lesionan, coincide con que cinco minutos antes han tenido un periodo de mucha exigencia física, especialmente en distancia recorrida por encima de 21 km/h", ha apuntado el investigador.
Según las estimaciones, un equipo de 25 jugadores tendrá de media unas 50 lesiones al año. Es más, el progresivo aumento del número de partidos por temporada ha contribuido a que su incidencia crezca. "Por este motivo, los equipos profesionales destinan una gran cantidad de recursos humanos y materiales a la prevención de lesiones, con cuerpos técnicos dedicados exclusivamente a prevenir o recuperar a los jugadores lesionados", ha afirmado Del Coso.
Los investigadores aconsejan que cuando hay un jugador con una fatiga excesiva, en los días previos a un encuentro, los equipos técnicos deberían plantear a los entrenadores el mayor riesgo de lesión que existe. "Y, si es posible, este no debería participar en el encuentro, al menos si se quiere evitar el daño. En muchas ocasiones, es mejor que no juegue cuando está fatigado que perderlo durante un mes. En plena competición, es imposible impedir que se haga un periodo de 5 minutos de mucha actividad", ha añadido Del Coso.
De entre todos los tipos de lesiones, las musculares son las que más preocupan a los equipos de fútbol profesional porque son las más recurrentes: suponen entre el 30 y el 50 por ciento de las que se producen en un equipo. "Aunque los problemas musculares son menos graves que los de ligamentos, su efecto en los equipos es mayor porque su incidencia es mucho más alta y afectan habitualmente a los deportistas que compiten habitualmente", ha explicado el investigador principal.