La consejera de Asuntos Sociales y Deportes de las Baleares, Fina Santiago, ha afirmado este miércoles que, si en lugar de personas mayores, estuvieran muriendo niños y jóvenes a causa del coronavirus "no se estaría debatiendo la obligatoriedad de la vacuna".
En una rueda de prensa para presentar los proyectos en materia de Servicios Sociales a financiar con fondos europeos, Santiago ha insistido, remarcando que se trata de una opinión personal que no pretende recoger el posicionamiento del Consejo de Gobierno balear, en que si la mortalidad se hubiera dado entre la población más joven "la dicotomía economía-salud no se habría dado".
Aunque la consejera ha remarcado en varias ocasiones que se trata de una opinión expresada a título personal, ha defendido en todo caso la posición del Gobierno balear de no obligar a vacunarse - legalmente no puede hacerlo - sino fomentarla de todas las maneras posibles.
El Gobierno de las islas ha sido de los primeros ejecutivos en abrir la vacunación a toda la población
En este sentido, ha defendido que para acceder a gimnasios y participar en entrenamientos y competeciciones deportivas a partir de septiembre se pida vacunación o una prueba de detección negativa. "No obligamos, pero damos alternativas", ha puntualizado.
Santiago ha recordado que fijar la obligatoriedad de la vacunación depende del Gobierno de España y que desde el Ejecutivo autonómico se está estimulando "todo lo que se puede".
Así, ha subrayado que el Gobierno de las islas ha sido de los primeros ejecutivos en abrir la vacunación a toda la población - desde este miércoles es posible acudir a vacunarse sin cita previa - y también en exigirla para entrar a las residencias de personas mayores con la alternativa de la prueba negativa.