Los neurocientíficos han obtenido nuevos conocimientos sobre cómo el cerebro evolucionó hasta estar preparado para el lenguaje. En comparación con los cerebros de los chimpancés, el patrón de conexiones de las áreas del lenguaje en nuestro cerebro se ha ampliado más de lo que se pensaba, según publican investigadores de la Universidad de Radboud (Países Bajos) y la Universidad de Oxford (Reino Unido) en la revista PNAS.
"A primera vista, los cerebros de los humanos y los chimpancés se parecen mucho. La desconcertante diferencia entre ellos y nosotros es que los humanos nos comunicamos mediante el lenguaje, mientras que los primates no humanos no lo hacen", afirma la coautora Joanna Sierpowska.
Entender qué parte del cerebro podría haber permitido esta capacidad única ha inspirado a los investigadores durante años. Sin embargo, hasta ahora, su atención se centraba principalmente en un tracto nervioso concreto que conecta los lóbulos frontal y temporal llamado fascículo arqueado, que además de mostrar diferencias significativas entre especies, es bien conocido por estar implicado en la función del lenguaje.
"La desconcertante diferencia entre ellos y nosotros es que los humanos nos comunicamos mediante el lenguaje, mientras que los primates no humanos no lo hacen"
"Queríamos centrarnos en la conectividad de dos áreas corticales situadas en el lóbulo temporal, que son igualmente importantes para nuestra capacidad de utilizar el lenguaje", añade Sierpowska.
Para estudiar las diferencias entre el cerebro humano y el de los chimpancés, los investigadores utilizaron escaneos de 50 cerebros humanos y 29 cerebros de chimpancés escaneados de forma similar a los humanos, pero bajo anestesia bien controlada y como parte de sus revisiones veterinarias rutinarias.
En concreto, utilizaron una técnica denominada imagen ponderada por difusión (DWI), que obtiene imágenes de la materia blanca, las vías nerviosas que conectan las zonas delcerebro.
Con estas imágenes, exploraron la conectividad de dos núcleos cerebrales relacionados con el lenguaje (las áreas media anterior y posterior del lóbulo temporal), comparándolas entre las especies. "En los humanos, estas dos áreas se consideran cruciales para el aprendizaje, el uso y la comprensión del lenguaje y albergan numerosas vías de materia blanca", dice Sierpowska.
"También se sabe que los daños en estas áreas cerebrales tienen consecuencias perjudiciales para la función del lenguaje. Sin embargo, hasta ahora no se había respondido a la pregunta de si su patrón de conexiones es exclusivo de los humanos", prosigue.
Los investigadores descubrieron que, mientras que la conectividad de las áreas temporales medias posteriores en los chimpancés se limita principalmente al lóbulo temporal, en los humanos surgió una nueva conexión hacia los lóbulos frontal y parietal utilizando el fascículo arqueado como vía anatómica.
"El hecho de que este patrón de conexiones sea tan único para nosotros, los humanos, sugiere que puede ser un aspecto crucial de la organización cerebral que permite nuestras capacidades lingüísticas distintivas"
De hecho, los cambios en ambas áreas del lenguaje humano incluyen un conjunto de expansiones en la conectividad dentro de los lóbulos temporales.
"Los resultados de nuestro estudio implican que el fascículo arqueado seguramente no es el único impulsor de los cambios evolutivos que preparan al cerebro para una capacidad lingüística plena", subraya la coautora Vitoria Piai.
"Nuestros hallazgos son puramente anatómicos, por lo que es difícil decir algo sobre la función cerebral en este contexto. Pero el hecho de que este patrón de conexiones sea tan único para nosotros, los humanos, sugiere que puede ser un aspecto crucial de la organización cerebral que permite nuestras capacidades lingüísticas distintivas".