Un nuevo estudio en el que se han utilizado ratones modificados genéticamente y muestras de células y tejidos humanos se suma a las pruebas de que las personas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el trastorno neuromuscular también conocido como enfermedad de Lou Gehrig, presentan niveles más altos de sustancias químicas inflamatorias relacionadas con el metabolismo de las grasas, según publican en la revista 'Nature Neuroscience'.
El estudio, que se centró en las vías genéticas que intervienen en el procesamiento de las grasas por parte de las células motoras de la médula espinal, descubrió que, en comparación con las personas sin ELA, las que padecen el trastorno tienen unos niveles 2,5 veces superiores de ácido araquidónico, un lípido que se encuentra habitualmente en las partes grasas de la carne y el pescado y que se sabe que estimula los procesos inflamatorios necesarios para reparar heridas o daños en los tejidos.
Los investigadores del Johns Hopkins Medicine, en Estados Unidos, afirman que, al manipular la vía del ácido araquidónico en ratones criados para desarrollar las características biológicas de la ELA, pudieron reducir los síntomas de debilitamiento muscular de la enfermedad en los ratones -que experimentaron un aumento del 20% al 25% en la fuerza de agarre- y prolongar su supervivencia de dos a tres semanas.
Los científicos utilizaron el ácido cafeico, un compuesto antiinflamatorio que se encuentra de forma natural en el café, el té, los tomates y el vino, para frenar la vía del ácido araquidónico, pero advierten que los enfermos de ELA no deben apresurarse a tratarse con esta sustancia, que se vende como suplemento dietético no regulado.
Las neuronas motoras espinales de las personas con ELA contenían cantidades y tipos de lípidos completamente diferentes a los de las neuronas oculares, en comparación con las personas sin la enfermedad
Señalan que se necesitan más estudios para determinar los niveles seguros de un suplemento de ácido cafeico: algunos informes han indicado efectos secundarios potencialmente dañinos, como cánceres y problemas intestinales. El ácido araquidónico, que también se vende en supuestos polvos para mejorar la musculatura, en cantidades inadecuadas y no probadas puede ser tóxico y provocar la muerte de células cerebrales, según los expertos.
El nuevo estudio se basa en la observación de que, aunque los pacientes con ELA pierden la mayor parte de su control muscular a causa de las neuronas motoras espinales dañadas, por lo general aún pueden controlar sus movimientos oculares, que son guiados por las neuronas oculares, dice el doctor Gabsang Lee, profesor asociado de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y miembro del Instituto de Ingeniería Celular de la misma.
Para explorar las diferencias genéticas potencialmente importantes entre las neuronas oculares libres de la enfermedad y las neuronas motoras espinales, que son las más afectadas por la ELA, el equipo de Lee estudió líneas de células madre que cultivaron a partir de una persona con ELA. Observando las vías genéticas que fabrican activamente las proteínas, los científicos encontraron más actividad en los genes que controlan el metabolismo de los lípidos, el proceso en el que las células procesan la grasa.
A continuación, Lee envió a sus colegas de la Universidad del Sur de California muestras de neuronas oculares y neuronas motoras espinales de 17 personas con ELA que fueron tratadas en el Hospital Johns Hopkins, y seis conjuntos de muestras de personas sin la enfermedad. Los investigadores confirmaron que las neuronas motoras espinales de las personas con ELA contenían cantidades y tipos de lípidos completamente diferentes a los de las neuronas oculares, en comparación con las personas sin la enfermedad.
Un análisis posterior para identificar qué vías lipídicas estaban más alteradas entre las células de las personas con ELA y las de las personas sin la enfermedad mostró que una vía destacaba: el ácido araquidónico. El ácido araquidónico, un ácido graso omega-6 que controla la respuesta inflamatoria del cuerpo, se ha relacionado con las enfermedades de Alzheimer y Parkinson y, hace dos décadas, los investigadores encontraron cantidades más altas de lo esperado de la enzima en el tejido neuromuscular de las personas con ELA.
Realizaron entonces experimentos similares con ácido cafeico en ratones criados para desarrollar ELA, y los que recibieron el compuesto vivieron entre dos y tres semanas más que los ratones que no lo recibieron
Lee afirma que las vías lipídicas han sido muy estudiadas porque son partes críticas de la membrana celular, que permiten el flujo de moléculas dentro y fuera de las células. Las membranas celulares suelen romperse cuando hay inflamación, y Lee dice que el cuerpo debe regular estrictamente el ácido araquidónico, o la inflamación puede desbordarse y enviar señales al sistema inmunitario para que destruya el tejido neural.
Para comprobar el papel del ácido araquidónico, los investigadores llevaron a cabo experimentos para revertir sus efectos alimentando primero con ácido cafeico a moscas de la fruta modificadas genéticamente para que desarrollaran síntomas del tipo de la ELA. Las moscas alimentadas con ácido cafeico fueron capaces de moverse más, trepar por el tubo de ensayo con más frecuencia y vivir más tiempo que las moscas que no recibieron el compuesto.
Los científicos realizaron entonces experimentos similares con ácido cafeico en ratones criados para desarrollar ELA, y los que recibieron el compuesto vivieron entre dos y tres semanas más que los ratones que no lo recibieron.
Aunque las nuevas pruebas podrían ofrecer algún día nuevas estrategias terapéuticas, Lee afirma que siguen existiendo interrogantes. "Todavía no sabemos por qué las neuronas oculares y las espinales difieren en el metabolismo de los lípidos ni qué porcentaje de pacientes con ELA presentan alteraciones en la vía del ácido araquidónico", afirma.
Lee ha presentado patentes provisionales de tecnología relacionada con el posible uso de la vía del ácido araquidónico para tratar la ELA.