El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) se ha sumado a la iniciativa de la 'ACT-Alliance contre le Tabac' de Francia y unas cuarenta organizaciones europeas activas en la lucha contra el tabaco para hacer un llamamiento a la Unión Europea sobre los recientes intentos de 'lavado verde' por parte de la industria tabacalera y exigir medidas frente al "desastre sanitario y ambiental" que provoca. Con motivo del día Mundial sin tabaco, su presidente, Andrés Zamorano, en una entrevista en ConSalud.es, reprochaba a Sanidad la tardanza por no publicar su plan integral contra el tabaquismo y pedía implicación al Presidente del Gobierno.
En una carta publicada en el diario 'Le Monde' y se pide a los países miembros de la Unión Europea que implementen acuerdos internacionales que protejan la salud pública y el medio ambiente, frente al desastre sanitario y ambiental que supone el tabaquismo.
"Las devastadoras consecuencias del tabaquismo en la salud pública son bien conocidas y documentadas, ya que los productos del tabaco siguen siendo responsables de más de 700.000 muertes al año en Europa"
"Las devastadoras consecuencias del tabaquismo en la salud pública son bien conocidas y documentadas, ya que los productos del tabaco siguen siendo responsables de más de 700.000 muertes al año en Europa. Sin embargo, las desastrosas consecuencias ambientales de las que es responsable la industria tabacalera son menos conocidas", han dicho las organizaciones.
Además, prosiguen, a lo largo de todo su ciclo de vida, los productos del tabaco son responsables de la contaminación y degradación ambiental, como la deforestación, el envenenamiento del agua, el aire y el suelo con productos químicos y la contaminación por microplásticos. De hecho, cada año se desechan en el medio ambiente más de 4,5 billones de cigarrillos.
"Casi todos llevan acoplado un filtro de acetato de celulosa, un aditivo plástico poco degradable que puede contaminar hasta 500 litros de agua y que son los segundos plásticos de un solo uso más encontrados en las playas de la Unión Europea. En franca contradicción con estos hechos, la industria tabacalera multiplica sus intentos de presentarse como una industria responsable y respetuosa con el medio ambiente. Ya sea a través de la comunicación disponible en los sitios web oficiales de sus principales empresas o la amplia promoción y publicidad de las actividades de limpieza de playas de sus desechos de productos por parte de voluntarios, la industria tabacalera desvía y manipula los hechos. Elude su responsabilidad medioambiental mientras recupera la legitimidad ante los poderes públicos", han enfatizado las organizaciones.
Al crear una "apariencia de respetabilidad", este comportamiento pone "en peligro" varias décadas de esfuerzos de la sociedad civil y de los gobiernos para prevenir y denunciar las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo y la producción de tabaco. Estos esfuerzos han llevado en particular a la firma del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) por parte de 180 partes, incluida la Unión Europea, que abarca más del 90 por ciento de la población mundial y tiene como objetivo proteger a las generaciones presentes y futuras de la industria tabacalera.
"Un ejemplo sorprendente de actividades de lavado verde es el papel otorgado a la industria tabacalera en la gestión de las colillas de cigarrillos. En aplicación del principio de quien contamina paga, la Unión Europea adoptó en 2019 una directiva sobre productos de plástico de un solo uso, incluidos los filtros de cigarrillos. Entre otras obligaciones, este texto obligará a los productores de tabaco a cubrir los costes relacionados con la limpieza, el transporte y el tratamiento de las colillas y a los estados miembros a desarrollar medidas de sensibilización al respecto", han enfatizado.
"Delegar esta misión ambiental a la industria tabacalera pone en peligro décadas de políticas de salud destinadas a mantener a la industria tabacalera alejada de cualquier misión de servicio público"
Sin embargo, apostillas, "sin aclaración" de la Comisión Europea, los estados miembros pueden delegar completamente a la industria tabacalera la gestión, o parte de la gestión, de sus residuos. Este ya es el caso de Francia, que ha confiado a todas las empresas tabacaleras, unidas en una ecoorganización llamada 'ALCOME', la gestión y la comunicación en torno a la contaminación de sus colillas. De hecho, ha firmado varias decenas de contratos con las autoridades locales y ya aprovecha para culpar a los fumadores de su contaminación.
"Delegar esta misión ambiental a la industria tabacalera pone en peligro décadas de políticas de salud destinadas a mantener a la industria tabacalera alejada de cualquier misión de servicio público. Tal delegación está en flagrante contradicción con el artículo 5.3 del CMCT que requiere que las Partes protejan sus políticas de los intereses de la industria tabacalera. El papel de la industria tabacalera debería limitarse a financiar la limpieza y el manejo de las colillas de cigarro. La industria tabacalera no debe involucrarse de ninguna manera, directa o indirectamente, en la gestión o supervisión de las colillas de cigarro o en la organización de campañas de concienciación sobre este tema. Esto debería reservarse para una organización ecológica completamente independiente de la industria tabacalera", han zanjado.