El cáncer de mama es una de las formas más comunes de cáncer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada año, alrededor de 2,3 millones de personas en todo el mundo contraen la enfermedad. Si los médicos detectan el cáncer de mama a tiempo, las pacientes suelen responder bien al tratamiento. Sin embargo, las cosas se vuelven mucho más difíciles si el cáncer ya ha hecho metástasis, y según un estudio el riesgo de que el cáncer de mama temprano se disemine a otra parte del cuerpo oscila entre el 6% y el 22%.
Hasta ahora, los investigadores suponían que los tumores liberaban dichas células de forma continua. En este sentido, un nuevo estudio desarrollado por la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich, Suiza, ha descubierto que la metástasis del cáncer de mama se forma con mayor eficacia mientras las pacientes duermen. El hallazgo ha sido publicado en la revista 'Nature'.
"Cuando la persona afectada está dormida, el tumor se despierta", resume el líder del estudio, Nicola Aceto, profesor de Oncología Molecular de la ETH de Zúrich. Durante su estudio, en el que participaron 30 pacientes de cáncer y modelos de ratón, los investigadores descubrieron que el tumor genera más células circulantes cuando el organismo está dormido. Las células que abandonan el tumor por la noche también se dividen más rápidamente y, por tanto, tienen un mayor potencial para formar metástasis, en comparación con las células circulantes que abandonan el tumor durante el día.
Las células que abandonan el tumor por la noche también se dividen más rápidamente y, por tanto, tienen un mayor potencial para formar metástasis
Los científicos se sorprendieron al descubrir que las muestras tomadas a distintas horas del día tenían niveles muy diferentes de células cancerosas circulantes. Además, se habían encontrado un mayor número de células cancerosas en sangre en ratones que en humanos, debido a que cuando se recogió las muestras, por el día, los ratones dormían.
"Nuestra investigación demuestra que la huida de las células cancerosas circulantes del tumor original está controlada por hormonas como la melatonina, que determinan nuestros ritmos diurnos y nocturnos", afirma Zoi Diamantopoulou, autora principal del estudio e investigadora postdoctoral en la ETH de Zúrich.
"En nuestra opinión, estos resultados pueden indicar la necesidad de que los profesionales sanitarios registren sistemáticamente la hora a la que realizan las biopsias", afirma Aceto. "Puede ayudar a que los datos sean realmente comparables". El siguiente paso de los investigadores será averiguar cómo pueden incorporarse estos hallazgos a los tratamientos oncológicos existentes para optimizar las terapias.