Las cataratas clínicamente significativas se asocian a un mayor riesgo de muerte por causas vasculares, como el ictus y el infarto de miocardio, sugiere una investigación publicada en línea en el British Journal of Ophthalmology.
La cirugía de cataratas es el único tratamiento eficaz para las cataratas, una de las principales causas de ceguera y deficiencia visual, y, en consecuencia, el procedimiento oftalmológico más realizado. Los investigadores pueden utilizarla como sustituto de la catarata clínicamente significativa.
Varios estudios han analizado la asociación entre la cirugía de cataratas y la mortalidad por cualquier causa, pero han arrojado resultados contradictorios, por lo que los autores se propusieron investigar la asociación entre la cirugía de cataratas y la muerte analizando las muertes por causas específicas.
Las cataratas clínicamente significativas se relacionan con un mayor riesgo de muerte vascular
Los autores accedieron a los datos de 14.918 personas de 40 años o más que habían participado en los ciclos de 1999-2008 de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de Estados Unidos. Entre ellos había 2.009 personas (9,61%) que declararon haberse sometido a una operación de cataratas.
Se realizó un seguimiento de las muertes durante un periodo medio de 10,8 años en el que murieron 3.966 (19,1%) de los participantes. La muerte por todas las causas era más probable en las personas que se habían operado de cataratas, así como las muertes por determinadas causas específicas, como enfermedades vasculares, cáncer, accidentes, enfermedad de Alzheimer, enfermedades respiratorias y enfermedades renales.
Tras tener en cuenta una serie de factores socioeconómicos y sanitarios, sólo la asociación entre la cirugía de cataratas autodeclarada y la mortalidad relacionada con las enfermedades vasculares siguió siendo significativa.
El riesgo de muerte por cualquier causa era un 13% mayor en las personas que se autodeclaraban operadas de cataratas en comparación con los participantes que no se habían sometido a la cirugía, y el riesgo de muerte por causas vasculares era un 36% mayor.
No se observó ninguna asociación significativa específicamente entre la cirugía de cataratas autodeclarada y el cáncer, las enfermedades respiratorias, las enfermedades renales, la enfermedad de Alzheimer o los accidentes.
El estrés oxidativo, los cristalinos o la depresión pueden ser el factor común que relaciona la catarata con un mayor riesgo de muerte vascular
Los autores sugieren que el estrés oxidativo, los cristalinos o la depresión pueden ser el factor común que relaciona la catarata con un mayor riesgo de muerte vascular. Los estudios han demostrado que el daño al ADN inducido por el estrés oxidativo contribuye a la formación de cataratas y favorece la aterogénesis.
Las cristalinas son componentes importantes del cristalino y también participan en la regulación de las respuestas a factores de estrés como la inflamación y la isquemia; la degeneración de las cristalinas que se produce en la catarata puede representar un trastorno más generalizado que contribuya a la mayor mortalidad vascular.
Se ha demostrado que los pacientes con cataratas son más propensos a desarrollar depresión que los que no padecen la enfermedad, incluso después de haberse sometido a una operación de cataratas, y las personas con depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar ECV.
Se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa, y los autores también destacan varias limitaciones potenciales. No obstante, los autores concluyen que "este estudio encontró asociaciones significativas de la cirugía de cataratas autodeclarada con la mortalidad por todas las causas y la mortalidad vascular. Se necesitan más estudios para confirmar estas asociaciones y para investigar más a fondo los mecanismos detrás de estas asociaciones", apuntan.